Banco Central

En línea con el FMI, Caputo ahora se enfoca en reducir la base monetaria

Con un paquete de cambios, el BCRA se alejó de las metas de inflación. Dejó la tasa en 40% y confirmó un semestre de estanflación.

El Consejo de Política Monetaria del Banco Central ratificó este martes la tasa de interés de referencia en 40% nominal anual y confirmó su distanciamiento de la política de metas "à la Sturzenegger" con cuatro grandes cambios en los lineamientos de la política monetaria.

En su comunicado de hoy, Luis Caputo afirmó que para cumplir con la meta de inflación de 2019 proseguirá siguiendo un control estricto de agregados monetarios, entre otros cambios que rediseñan la política monetaria en línea con los requisitos del FMI.

De esta forma, pese a reiterar la tasa fijada por su antecesor, el nuevo presidente del Banco Central reforzará el esquema de metas de inflación con nueva artillería. El compromiso con el Fondo Monetario Internacional implica cumplir con las siguientes metas de inflación: 17% anual en 2019, a 12% en 2020 y a 9% en 2021. Como adelantó LPO, el ritmo de crecimiento de los agregados monetarios llevaban meses sin acompañar el objetivo inflacionario.

"Tal como fuera anunciado en el comunicado del 26 de junio, las nuevas autoridades han resuelto introducir modificaciones en el marco de política monetaria. En primer lugar, se considera que, en la transición hasta alcanzar tasas de inflación de un dígito, el esquema de metas de inflación con la tasa de interés como único instrumento de política monetaria debe ser complementado por un seguimiento más atento a los agregados monetarios", se lee en el comunicado oficial.

El problema es la política monetaria

En efecto, los encajes bancarios sobre las cuentas a la vista fueron elevados al 26% en el transcurso de junio, lo que elevó fuertemente las tasas de interés del "call money" en el mercado interbancario, disparó las de Lebacs arriba del 60% anual, y llevó las de descuentos de cheques para pymes a la zona del 80% nominal anual y las de descubiertos de cuenta corriente arriba del 100%.

Con estas medidas, que tensionaron las cadenas de pagos y generaron un frenazo en la economía, y así lo reconoció el Consejo de Política Monetaria que preside Caputo: "la autoridad monetaria ha comenzado a monitorear una base monetaria amplia, que incluye todos los pasivos del BCRA con los bancos (pases netos, LELIQ y LEBAC en poder de bancos) y el bono 2020 del Tesoro Nacional, admitido para integrar parte de los encajes. Esta base monetaria amplia presenta un crecimiento de 27,6% interanual, frente al máximo de 46,9% que había alcanzado en mayo del año pasado", detalló el informe.

En segunda instancia, el Banco Central comunicó que "se consolidará el funcionamiento del Consejo de Política Monetaria, pasando el mismo de ser un órgano asesor a ser uno resolutivo. A fin de profundizar la comunicación al público de la visión del BCRA, en los comunicados de política monetaria se publicará el resultado de la votación de los miembros del Consejo".

Se modifica la frecuencia de toma de decisión de política monetaria, pasando a ser mensual.

"En tercer lugar, se modifica la frecuencia de toma de decisión de política monetaria, pasando la misma a ser mensual. Esta disposición manifiesta el entendimiento de que las decisiones de política monetaria deben reflejar cierta persistencia consistente con una perspectiva precisa sobre de las tendencias de la inflación para los meses siguientes. De todos modos, en situaciones de alta volatilidad como la actual, el BCRA mantendrá una activa intervención en el mercado secundario de LEBAC con el objetivo de reforzar la señal de política monetaria, cuando fuese necesario, entre decisiones de tasa de política. El próximo comunicado de política monetaria se emitirá el 7 de agosto del presente año", agregó el informe.

Además de cambiar a un esquema de agregados monetarios, incrementar la intervención en el mercado secundario de Lebacs, subir los encajes, mensualizar los comunicados de Política Monetaria y hacer resolutivas las decisiones del Consejo de Política Monetaria; el Banco Central confirmó que se viene un segundo semestre de estanflación y que la recuperación económica dependerá del agro y de la estabilización financiera.

Estos cambios no fueron del todo respaldados por algunos actores del mercado, que vieron cierta improvisación o exceso de táctica en la nueva conducción del Central.

"La actividad económica siguió creciendo hasta el mes de marzo, pero indicadores de abril mostraron el impacto directo de la extraordinaria sequía que afectó las cosechas de soja y maíz. A partir de mayo, se sumó el efecto ingreso que la reciente aceleración inflacionaria está generando y el subsecuente endurecimiento de las condiciones crediticias", señaló el Banco Central. De esta forma, el segundo trimestre mostrará un retroceso con aceleración de la inflación a niveles equiparables a los de 2016.

"En el tercer trimestre se espera que la normalización de los mercados financieros y la recuperación de la producción agrícola irán contribuyendo gradualmente a una mayor actividad económica, pero la experiencia reciente sugiere que la misma puede tardar algunos meses más en recuperar su anterior vigor. En consecuencia, se estima que el crecimiento del PBI se desacelere en 2018, antes de retomar tasas superiores en 2019", reconoció el Banco Central.

De momento, la nueva artillería -en particular el apretón monetario vía suba de encajes y obligar a los bancos a vender dólares- ayudó a contener el dólar, y a que hoy el peso fuera una de las monedas que mejor performance tuvo en el mundo frente a la divisa estadounidense. La alta tasa de interés de referencia por sí sola no había logrado evitar que la cotización se disparar de los $25 a los casi $30.