Point State

La corrida vació el fondo de Darío Lizzano y se perdió un bono de USD 30 millones

Los inversores le quitaron el respaldo a uno de los empresarios más cercanos a Macri y Nicky Caputo.

Darío Lizzano, el ejecutivo preferido de Mauricio Macri y Nicolás Caputo, representa una muestra fiel de la crisis que padece el Gobierno por la desconfianza de los mercados.

Lizzano sufrió como pocos la corrida del dólar: el fondo Point State, del que forma parte pero no como el dueño, se vació por la escalada del tipo de cambio y las dudas que despertó la Argentina en Wall Street. Además, como anticipó LPO, Lizzano se acaba de perder un bono de al menos 30 millones de dólares porque no pudo garantizar a sus patrones del fondo una rentabilidad del 8 por ciento.

LPO reveló la cercanía de este empresario desconocido hasta que Macri llegó a la Rosada. Lizzano empezó en Banco Piano, aunque suele quitar ese antecedente poco glamoroso de su currículum que abunda en su paso por firmas de Wall Street como JP Morgan o la sede neoyorkina del Santander, donde vivió un escándalo muy delicado.

Lizzano tuvo la habilidad de convencer a Zach Schreiber del fondo Point State que la Argentina de Macri iba a ofrecer oportunidades de ganancias extraordinarias en determinados nichos de negocios a los que podía garantizar el ingreso, gracias a sus fluidos contactos con el actual Gobierno.

Darío Lizzano, el cerebro detrás de la polémica compra a Socma del parque eólico

Este empresario inició sus operaciones con Point State para Argentina de USD 700 millones en la primavera macrista. A través de ese fondo compró los parques eólicos a Socma, el holding de la familia Macri y la constructora Caputo a Nicky, el hermano de la vida del presidente.

Por su acceso al corazón del poder, Lizzano consiguió que el fondo rápidamente escalara a USD 1.500 millones.

Pero la primavera terminó y Lizzano, que tenía por cobrar entre 30 y 40 millones de dólares de managent fee (honorarios de administración) a título personal, se quedó en cero. Esta información surge de los informes presentados por Point State ante la SEC (Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos).

Rescatando al soldado Macri

Lizzano se posicionó como un actor en el mercado local en gran medida gracias a su supuesto acceso al núcleo de poder del macrismo, que al parecer interesó al directorio del fondo encabezado por el jefe ejecutivo Zachary Schreiber y el presidente Joshua Samuelson. El directorio lo integran además Alfred Barbagallo, Kenan Turnacioglu, Bradley Sanford y Brian Holmes. El ejecutivo argentino no figura entre los socios.

Ahora, no va a llegar al retorno mínimo de 8% (hurdle rate) que le piden los inversores para empezar a pagarle y no va a cobrar un peso. Lo que confirma que mientras Lizzano se vende como un súper ejecutivo en Argentina, en Wall Street todo lo que roza a Macri ya no enamora como antes.

Con un agravante para el ejecutivo: Sólo le quedaron activos de difícil realización a valores similares a los que compró, como la firma de energías alternativas Genneia, la desarrolladora TGLT que sigue atravesando una situación delicada y tuvo que suspender sus proyectos en Rosario y el viejo edificio del Sheraton en Retiro. "Le dejaron los pernos", graficó a LPO una fuente del mercado.

La fuga

La quita al respaldo de Lizzano se encuadra en la masiva fuga de capitales ante la corrida cambiaria, que se inició en abril y generó una salida tanto de activos en pesos como de tenencias de pesos. De acuerdo a los últimos datos cambiarios consolidados, que corresponden al mes de mayo, el "Sector Privado No Financiero" (SPNF) sacó 6.213 millones de dólares del país.

Quizás a la hora de dimensionar la salida masiva de capitales valga la pena resaltar que mientras en mayo de 2017 los extranjeros del SPNF invertían 1000 millones de dólares en la economía y aportaban 654 millones mediante préstamos, en este mayo de 2018  pasaron a sacar de la economía casi 1.190 de inversiones, a retirar 137 millones de dólares del sistema financiero vía préstamos y otros 684 vía operaciones en los mercados secundarios, especialmente de Lebacs.

La salida de los inversores del fondo de Lizzano se enmarca en un castigo muy severo de los mercados a la Argentina: En mayo se observó una salida de 6.213 millones de dólares.

El Banco Central documentó esta fuga y detalló que: "Con respecto a los flujos por inversiones de no residentes, se registraron egresos netos en el mercado de cambios por segundo mes consecutivo, totalizando unos US$ 1.200 millones (...) Los egresos netos por inversiones de cartera de no residentes estuvieron explicados tanto por las salidas originadas en operaciones que al momento de ingresar habían sido destinadas a inversiones en pesos, que totalizaron US$ 1.077 millones, como por aquellas que se encontraban depositadas en moneda extranjera (unos US$ 300 millones)".

Y en lo que respecta a los movimientos de fondos, el Banco Central aclaró que "los flujos de moneda extranjera por la operatoria con títulos valores en el mercado secundario registraron egresos netos por US$ 690 millones, comportamiento que mostró una reversión en relación a lo observado en el mismo período del año previo".

La formación neta de activos externos del SPNF -también llamada "fuga de divisas" y que incluye tanto el depósito de dólares en cuentas del exterior como debajo del colchón- fue de 4.616 millones de dólares. De acuerdo a los datos oficiales, estuvo "compuesta por compras netas de billetes por US$ 3.439 millones y transferencias netas de residentes al exterior por US$ 1.176 millones".

El caso de Lizzano no es único. En total, las operaciones de canje, que implican un cambio de las tenencias de instrumentos en moneda extranjera entre cuentas locales y cuentas en el exterior,  registraron una salida neta de fondos al exterior por un total de 383 millones de dólares en mayo. 

La retirada de inversores de la Argentina no solo afectó a la economía real, sino también a la financiera. De hecho, los egresos por inversiones de no residentes llegó a los 1.186 millones de dólares y "la salida neta por la operatoria de títulos valores de las entidades por US$ 774 millones (incluye suscripciones primarias y operaciones del mercado secundario)". Este último se correspondió al desarme de Lebacs y también a la salida de activos argentinos que cotizan en Bolsa.

Así, por falta de dólares en el mercado, en mayo el sector privado le compró al Banco Central un total de 5.841 millones de dólares de sus reservas internacionales. Hay que tener en cuenta que para que este resultado fuera posible, el Tesoro le aportó al Banco Central reservas gracias a que "registró ingresos de moneda extranjera por colocaciones de títulos por US$ 3.205 millones" por la ampliación de Bonos del Tesoro (BOTES) y las emisiones de Letras del Tesoro Nacional (LETES).

Sin embargo, estos movimientos fueron más que compensados por los 4.650 millones de dólares de pagos de vencimientos de LETES y el pago al Club de París, entre otros. Por lo que en mayo el Sector Público fue responsable por la salida de 1.445 millones de dólares.