Gobierno

Rescatando al soldado Macri

El presidente libra una batalla interna para preservar lo que queda de su programa de gobierno.

Macri libra por estas horas una sorda batalla contra supropia coalición de Gobierno, en un intento desesperado por preservar algo delo que considera su legado. Esto es básicamente una economía abierta, un pocomás competitiva y que funcione con las reglas del mercado.

La corrida que se llevó puesto todo y los dejó temblando,agitó el reflejo de apelar a alguna clase de remix de las recetaskirchneristas. Barril criollo como tope al crudo para que no se disparen lasnaftas, freno a la baja de retenciones, obligación a exportadores a liquidar enel país, freno al ajuste de tarifas, suspensión de la reforma fiscal que trazóun sendero de baja de ingresos brutos y otros impuestos. Ese es parte delrecetario de kirchnerismo de urgencia que Macri resiste.

Hace bien. Si pierde el relato del libre mercado se quedasin nada. Como le pasó con el aborto. Enajenó el voto duro de la Iglesia que lotenía mayoritariamente adentro y no conquistó los sectores progresistas que sitenían alguna duda, Lilita Carrió se encargó de despejárselas cuando anuncióque Macri empujó esa iniciativa como un artilugio cínico para desviar laatención de la agenda económica.

Macri ante el riesgo de quedarse sin mercado

"Macri trazó tres líneas rojas: Pidió no tocar la reformatributaria, la reforma fiscal y el plan de obra pública", comentó a LPO unintegrante del gabinete nacional.

Las líneas no están trazada porque sí. Hay presiones. Losgobernadores peronistas quieren suspender ya el pacto fiscal y desactivar labaja de ingresos brutos, preocupados por el impacto en la recaudación de lacaída del crecimiento, que hasta los pronósticos mas entusiastas reducen paraeste año a un máximo del 1 por ciento del PBI. Nada.

"El presidente no quiere caer en la salida clásica de estetipo de crisis que consiste en subir los impuestos, quiere que hagamos elesfuerzo de bajar el gasto público al máximo y si en el límite no alcanzó,recién ahí abrir la discusión a otras opciones", agregó a LPO un funcionarioque participa de los intensos debates internos.

El último pacto fiscal se firmó en 1993 durante el menemismoy poco más de un año después se dejó sin efecto por el impacto del efectoTequila. Macri pretende superar al menos esa marca.

El ministro de Hacienda bonaerense, Hernán Lacunza, fuetransparente al afirmar en una entrevista con LPO: "Sería una mala salidacubrir el bache fiscal con suba de impuestos".

Macri le prometió a la Mesa de Enlaceque se mantendrá la baja de retenciones. Es lo que quiere. Pero si la crisis seagrava la discusión volverá a abrirse. Así hay que entenderlo.

Este lunes, el ministro Nicolás Dujovnetuvo una video conferencia con importantes jugadores de Wall Street. Se buscótranquilizar a un mercado para el que Argentina "se cayó del mapa". Es feroz elcastigo. La orden fue desmontar todas las posiciones. Algo de esto sabe DaríoLizzano, hasta hace poco uno de los ejecutivo favoritos del macrismo, que seacaba de perder un bono de 30 millones de dólares porque no pudo garantizar asus patrones del fondo Point State una rentabilidad del 8 por ciento.

Hay muchas explicaciones para elfastidio de los mercados con Macri, pero todas confluyen en un punto: Elgradualismo mutó en inmovilismo. La promesa del Gobierno fue que si ganaba laselecciones de medio término iba a encarar la etapa de reformas. Ganó y en lugar decumplirla sumó al simulacro del ajuste el simulacro reformista: La laboral naufragóen la intrascendencia y la fiscal, que ahora Macri defiende, pecó de modestia.El impuesto al cheque sigue, por ejemplo. 

También le critican a Macri el gabinete deveinte ministros y el trípode de la Jefatura de Gabinete. "Eso es puro círculorojo local", rechaza un hombre de los que mas consulta el presidente. Es posible quedesarmar la Jefatura de Gabinete y bajar los ministerios a la mitad nosolucione nada de fondo, pero la señal iría en el camino esperado por losmercados, que se mueven en gran medida en base a señales.

¿Van a romper los contratos de energía? ¿Necesitan al peronismo para hacer el ajuste? ¿Macri sigue con chances de reelegir?, fueron las tres inquietudes centrales que desde Wall Street le plantearon a Dujovne.

En la conversación que Dujovne tuvo conlos operadores de Wall Street, tres fueron las inquietudes y en este orden:"¿Van a romper los contratos de energía?"; "¿Necesitan un acuerdo con elperonismo para hacer el ajuste?" y "¿Qué tan viable sigue siendo la reeleccióndel presidente Macri?".

Los interrogantes son fascinantesporque grafican el dilema que perfora al Gobierno: hay dudas sobre la realconvicción para mantener el rumbo de tránsito hacia un sistema de libre mercadoy hay dudas sobre la fortaleza política de Cambiemos. 

Durán Barba podría argumentar queacelerar el ajuste debilita la base política del Gobierno, de manera que losinterrogantes del mercado conforman un silogismo dañino que se auto anula. "A Macri se leterminó el cuento de hacer populismo adentro y vender libre mercado afuera",sintetiza brutal Sergio Massa, en la intimidad.

¿Quién le pone el cascabel al gato? 

Estamos entonces en el mundo delajuste. Dujovne ya congeló hasta el final del mandato el ingreso de personal alEstado nacional, lo que arroja por las jubilaciones, un estimado de 3 por ciento menos deempleados por año.

Se le puso además el freno al gasto enservicios y contrataciones, que si se cumplen las previsiones de Hacienda,concluirán al final del año con una ejecución del 80% de lo previsto.

Se suman restricciones fuertes alas transferencias no automática a las provincias. Ahí es donde entra elperonismo. "No esperen una foto de una gran acuerdo, lo que hay es muchowhatsapp todos los días", describió uno de los funcionarios de Macri quenegocia con los peronistas. Es decir, los van llevando como pueden, mientras avanzanen los recortes. Micromanagment de un ajuste que deberá ubicarse en una franja de ahorro del gasto que va de los 200 mil a los 270 mil millones.

¿Y el programa financiero? Juran en elGobierno que con el acuerdo del FMI el grueso está cubierto. "Sólo vamos atener que tomar el año que viene 8.000 millones de dólares en el mercadolocal", afirman.

Entonces, pasando en limpio las trespreguntas de Wall Street: Por ahora no hay ruptura de contratos en el área deenergía, se apostará a la autorregulación del mercado en el traslado alsurtidor del aumento del barril, usando a YPF como referencia. No es necesarioel acuerdo con peronismo para bajar el gasto, pero es deseable para noenrarecer aún más el clima político; y la reelección de Macri es una moneda enel aire que en este momento no tiene sentido predecir.

Si la urgencia es el dólar, la política es el sustrato. La pelea de Carrió con los radicales puede ser folklórica y hasta funcionar como entretenimiento pasajero, pero una parte de la corrida está anclada en las dudas que transmite Macri como conductor del proceso político argentino. Reconstruir su autoridad es prioritario.