Diputados

Bronca con Carrió en su bloque por denunciar presiones para votar el aborto

"Que haga la denuncia", la desafío Lipovetzky. Creen que le informaron que la ley no salía. Los votos que no le cierran.

El bloque Cambiemos de Diputados deberá sanar heridas tras dividirse en la votación por el aborto y Elisa Carrió echo leña al fuego con una denuncia por supuestos sobornos para aprobarla.

En la dura carta que difundió por redes sociales, la chaqueña habló de "cambios y manipulaciones de votos" que "mostraron lo peor de la política mediocre y corrupta de los últimos años".

El primero en salirle al cruce fue Daniel Lipovetzky, diputado del PRO, promotor de la ley y encargado de juntar los votos para aprobarla. "La única manera de que esto se tome de una manera responsable es que haga la denuncia. Si uno tiene conocimiento de un delito, tiene que denunciarlo", la desafió.

Carrió denunció "manipulación de votos" y el macrista  Lipovetzky le pidió pruebas en la justicia. Ambos bandos se acusan de supuestos favores para votar. Reunión de bloque para curar heridas. 

El cruce anticipó una ya de por sí difícil reunión de bloque que habrá la semana próxima con el objetivo de dejar atrás la guerra de trincheras por el aborto. La convocó Mario Negri, jefe del interbloque, que votó a favor pero evitó hablar en el recinto y abrir más la grieta interna.

En Cambiemos creen que la furia de Carrió es porque creyó que la ley no sería aprobada y podría llegar al recinto sobre la hora y triunfal. Era el escenario una semana antes de la  sesión y la chaqueña estuvo de viaje y sin noticias de los radicales y peronistas que se fueron sumando a la ola verde.

Arribó minutos antes de la votación, pidió la palabra cuando ya se había votado pero Emilio Monzó la calló rápido para evitar que la sesión se le vaya de las manos. 

"La próxima rompo", amenazó antes de abandonar el hemiciclo y el fin de semana se despachó con la carta que sus pares no se la dejarán pasar así nomás, sobre todo porque las denuncias por presiones no llegaron sólo de los derrotados.

Los vencedores aseguran que se ofrecieron viajes y subsidios por rechazar la ley, que habría llegado de sectores eclesiásticos. La riojana Karina Molina, del PRO, estuvo en Roma con el Papa antes de levantar la bandera por "las dos vidas".

Claro que el aporte final de diputados ligados a gobernadores, creen los celestes, sugiere ayudas silenciosas de la Casa Rosada, al menos para alentar a una victoria compartida, en vez de una derrota que sólo podría capitalizar el kirchnerismo, con casi la totalidad de sus diputados dispuestos a votar a favor.

A último momento se rebelaron dos formoseños de esa bancada, Gustavo Fernández Patri e Inés Lotto, por presión del gobernador Gildo Insfrán.

Y los macristas que operaban para que haya ley exploraron una ayuda del resto de los mandatarios que no los deje como responsables de frustrar el aborto legal y de las consecuencias de una manifestación callejera de adolescentes que no podía dimensionarse. 

El pampeano Carlos Verna aceptó y aportó los dos votos que faltaban, uno de ellos (el de Ariel Rauschenberger) estaba en carpeta. A Melina Delú sólo podía convencerla su patrón. 

A esa hora de la madrugada la votación estaba empatada con la incorporación del fueguino Carlos Romá, que se había fotografiado entre los macristas "a favor de la vida" pero lo sedujeron a mutar. Aceptó temprano, pero como la mayoría en estos casos no quería ser el voto definitivo y se sumó cuando los pampeanos se cruzaron de vereda. 

Otras variantes para torcer la balanza a favor eran levantar a dos macristas (los candidatos eran Álvaro González y Eduardo Amadeo), o a los formoseños, que se resistían por presión de su jefe.

Emilio Monzó soportó la interna de sus pichones Silvia Lospennato (a favor) y Nicolás Massot (en contra) y aunque los protegió de sus detractores de turno estaba dispuesto a desempatar a favor si era necesario, al menos para evitar incidentes en la plaza. No hizo falta.