Marcos Peña suspendió su informe en Diputados por la corrida del dólar
La escalada del dólar, el retorno al FMI, fue demasiado para Marcos Peña, que por primera vez desde que es jefe de Gabinete suspendió una visita al Congreso.
"No estaban dadas las condiciones", fue la excusa que llegó a la Cámara de Diputados, donde ya preparaban sus habituales box en el Salón de Pasos Perdidos para que empleados de cada Ministerio procesen las respuestas en tiempo real. Más de una opositor cree que son trolls.
Su última visita fue el 14 de marzo, hace 15 días estuvo en el Senado y era el turno de volver a la Cámara baja, como obliga el artículo 101 de la Constitución. En la Casa Rosada aseguran que lo cumplirá y estará el 23 de abril en el recinto junto a Emilio Monzó.
Peña tomó esta obligación como uno de las tantas oportunidades de diferenciación con el kirchnerismo y se prometió cumplirla a rajatabla. "¿Sabe cuántas veces visitó el Congreso Aníbal Fernández en su último período de jefe de Gabinete? Cero", le recordó una vez al peronismo del Senado.
Él fue todos los meses y soportó momentos difíciles, como la desaparición de Santiago Maldonado o la primera versión de la reforma tributaria, que gravaba muchos productos de las economías regionales.
Parecía que el miércoles iba a ser otro caso, pero los avatares económicos fueron demasiado para Peña y prefirió esperar, con la promesa de estar el 23, tal vez la última sesión en Diputados en mucho tiempo.
La sólida unidad opositora complicó la agenda de Cambiemos, que tardó varias semanas para sancionar la ley de mercado de capitales, reclamada por Mauricio Macri desde el 1 de marzo.
El 13 de junio se trataría la ley del aborto, aún con final incierto, un debate que Peña ideó para distraer a la opinión pública. No está ocurriendo.
Este año el jefe de Gabinete tomó pleno control del Congreso y cuenta para eso con Lucía Aboud, una histórica asesora suya y flamante secretaria de relaciones parlamentarias.
Se abocó más al Senado, donde Cambiemos tiene una relación fructífera con el bloque de los gobernadores, que hasta ahora votan cada uno de los proyectos oficiales y no apuran con leyes molestas para Macri.