Lebacs

El error de Sturzenegger

El JP Morgan lideró la corrida. En el Central faltó muñeca para amortiguar el impacto y escarmentar al mercado.

La tormenta perfecta. Coincidieron el fantasma de la suba de tasas en EE.UU., los pagos de fin de mes de importadores, los coletazos de la suba de tarifas y la entrada en vigencia del impuesto a la renta financiera para inversores extranjeros. En el BCRA adjudicaban el fenómeno a ese fantasma que cada día que pasa se hace más real. Lo del impuesto es en realidad limitado dado que la tenencia de LEBAC de fondos norteamericanos es baja. Y ese impuesto ya estaba "priceado" o descontado. De hecho si querían, los extranjeros se podían haber pasado a otro bono sin deshacer el trade. Dio la sensación de que el mercado quiso testear al BCRA. Las ventas de dólares que hizo Federico Sturzenegger fueron para el Guinness financiero, con 1.472 millones. Ahora bien, esas ventas ¿calman al mercado o dan más ganas de seguir huyendo del peso y comprando dólares?

Veamos todo en contexto. Lo que se vio en las últimas 48 horas de mercados es a los inversores deshaciendo las apuestas al peso dada la suba de tasas en EE.UU.. El JP Morgan estuvo activo en ese sentido. Además basta ver la evolución del peso mexicano y el real brasileño. El fenómeno es regional. Y basta ver la suba de la tasa de LEBAC arriba de 27%. Es la huella que dejaron los inversores al vender sus LEBAC. Pero ni en México ni en Brasil el banco central interviene. Acá sucede porque nuestro país juega en una liga inferior. Dada las expectativas actuales de alta inflación en la Argentina, dejar correr al dólar libremente hubiera sido suicida para el BCRA.

Ahora, la suba de la tasa de LEBAC debería empezar a tentar a los tenedores de pesos. Habrá que ver el nivel de equilibrio, a 28 o 29%.

Pero lo que debería generar insomnio al equipo que comanda el BCRA es la situación externa. Pararse a vender dólares y frenarlo como lo hicieron es entendible siempre y cuando la suba de tasa en EE.UU. se haya frenado. O que ya hayamos visto lo peor. Pero si es sólo el comienzo, no es sostenible el tipo de cambio a$20,50. No hay que ponerse enfrente ante un giro en los flujos internacionales.

Pero, de nuevo, tomando conocimiento de que el BCRA vendió USD 1472 millones, ¿uno se queda más tranquilo o más nervioso? Aquí entra en juega una crítica al BCRA pero por la forma en cómo interviene. Había una alternativa superior a pararse a vender todo lo que apareciera. Hubiera sido más razonable dejar correr 8 centavos al dólar y poner una oferta de venta, un par de centavos más arriba aún, por 2.000 millones de dólares por ejemplo. Cuando el mercado ve esa tamaña oferta de divisas, no sale a testear tanto. No se anima tan fácil. Y más si con esa suba de 8 centavos, dejó heridos a inversores. El saldo para el BCRA hubiera sido que frenó al dólar pero sin sacrificar tantas reservas. Hasta Martín Redrado aplicaba esa estrategia. Es lo que aconsejan expertos operadores en NY al momento de intervenir. Ahora los titulares de los portales y diarios marcan el preocupante récord de ventas. Pero habrá revancha seguro.

La situación es manejable pero siempre orando en dirección a Nueva York. Que no se acelere la tasa a 10 años. Subiendo aquí la tasa en pesos y usando reservas, corrigiendo el modus operandi al intervenir, se calma a las fieras. El consuelo para el BCRA es que la suba de tasas en pesos, necesaria para domarla inflación, la está haciendo el mercado. El BCRA no paga el costo. Pero la batalla es diaria.