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El "panazo" dejó en evidencia el alto nivel de evasión en el sector

Además del tarifazo y la suba de la harina, los panaderos se quejan por las ventas en negro de pan.

Un grupo de panaderos de la provincia de Buenos Aires protestaron este miércoles por el aumento de tarifas de energía frente al Congreso de la Nación regalando alrededor de 5 mil kilos de pan que repartieron en porciones de medio kilo por persona.

La manifestación, denominada "panazo", repitió el modus operandi de los productores de bananas (con el "bananazo"), de los productores de frutas (con el "frutazo") y, el más reciente, de los productores de hortalizas de la zona de La Plata (con el "verdurazo").

En un inicio la protesta buscó enfocarse y visibilizar en la sociedad los efectos negativos que está causando el "tarifazo" en las panaderías pequeñas y medianas, sobre todo en la boleta de gas que es uno de los principales insumos y costos de los locales.

También intentó mostrar los perjuicios que genera la suba de la harina que en diciembre costaba 300 pesos y ahora se vende a 450 pesos por el aumento que registró el trigo que se negocia actualmente a 4.600 pesos por tonelada versus 2.500 pesos tres meses atrás.

"Estamos en un contexto en el cual nos aumentaron fuertemente las tarifas y la harina en medio de una caída de ventas y baja del consumo importante", señaló a LPO, Emilio Majori, presidente de la Federación Panaderil de la provincia de Buenos Aires.

La entidad que preside Majori comunicó que los aumentos en las tarifas alcanzaron un 1.490% en el servicio eléctrico, un 1.297% en gas y un 996% en agua. "Un local mediano paga 18 mil pesos de gas en la provincia", denunció el dirigente panadero.

La suba en el precio del pan (que se vende a $ 50 por kilo) no está vinculada a la escasez de trigo y de harina -como ocurría en el kirchnerismo- dado que en la última campaña se duplicó la producción con una cosecha de 18,5 millones de toneladas.

"Lo que más nos afecta es la marginalidad que hay en el sector panadero porque nos deja fuera de competencia a todos los que cumplimos como corresponde con todos los impuestos", remarcó Majori refiriéndose, literalmente, a la venta de pan en negro.

Es que en los pueblos del interior del país es bastante usual que se produzca pan en grandes galpones que luego es vendido a un valor más bajo producto de la evasión. "De esta manera es imposible que compitamos en igualdad de condiciones", dijo Majori.

En el sector molinero ocurre una situación similar donde se estima que se evaden alrededor de $ 5 mil millones por año. "La marginalidad sigue siendo nuestro principal enemigo porque nos quita competencia", comentó Diego Cifarelli, presidente de FAIM.