Diputados

Monzó levantó la sesión por temor a que anulen el megadecreto

Iba a sancionar la ley de mercado de capitales, un reclamo de los Bancos. Pero cerró el recinto por la unidad opositora.

A las 17.30, tras 5 horas de debate, Cambiemos bloqueó el último de los 28 proyectos para limitar el impacto del aumento de las tarifas y Emilio Monzó vio como sus diputados se escapaban del recinto, hartos de hacer guardia y levantar la mano.

"Les recuerdo que ahora viene una sesión ordinaria convocada hace una semana", aclaró, temeroso de quedarse sin quórum.

Pero 10 minutos después, mientras transcurrían los expositores de bloques chicos, el presidente de la Cámara volvió a tomar el micrófono y cambió de idea.

Monzó había llamado a una sesión ordinaria para sancionar la ley de mercado de capitales. Debió levantarla, porque la unidad opositora iba a anular el megadecreto de desburocratización.  

"La Presidencia teniendo en cuenta el horario ha decidido postergar la sesión ordinaria que teníamos programada para el día de hoy, para el miércoles 9 de mayo a las 12 horas", informó.

Dejó pendiente nada menos que la ley de mercado de capitales, lista para sancionarse (sólo la rechazó el kirchnerismo) y exigida por Mauricio Macri y los bancos, ansioso por iniciar una securitización de créditos hipotecarios.

Algunos, como el Hipotecario, ya lanzaron esos productos al mercado, pero no tendrán la ley al menos hasta dentro de dos semanas, en el mejor de los casos. También lo exigen otros operadores del mercado y hasta en Wall Street, es un paso necesario para que Argentina salga de economía de frontera y pasa a emergente, lo que mejora los ratios de los operadores.

La lectura de del sector más dialoguista de la oposición fue obvia y así lo comentaron a LPO: "La ley de mercados de capitales hay que votarla ¿pero cómo hacerlo después que nos pasamos toda la tarde cuestionándolo por tarifas?" y agregaron "el Gobierno tiene que generar las condiciones política para sancionar esa ley".

Como sea, ¿qué fue lo que indujo a Monzó a levantar la sesión? Saber que la misma unidad opositora que manejó la sesión sobre tarifas podía votar en contra del megadecreto de desburocratización, firmado el 10 de enero.

La oposición lo rechazó desde el primer día y el gobierno logró contener a Argentina Federal, el bloque de los gobernadores, con tres proyectos sustitutos que tomaban la misma letra del DNU, pero algunos retoques.

Se borraron artículos polémicos como el que habilita el embargo de las cuentas sueldo y el que permite crear fideicomisos con Anses.

Los tres proyectos se aprobaron en Diputados pero mientras no sean ley el DNU se aplica sin problemas, porque sólo pierde efecto si lo anulan las dos cámaras.

Para apurar los trámites, en la sesión que trató esas leyes el kirchnerismo pidió aprovechar para eliminar el DNU, pero los diputados de Argentina Federal abandonaron el recinto. Y sus pares del Senado ni siquiera pusieron el tema en agenda.

Pero los dirigidos por Pablo Kosiner están furiosos con el Gobierno por haberlos culpado de los tarifazos y no se iba a ir del recinto en ningún momento. De hecho, en ese momento caliente hubo consultas de esa bancada con el jefe del bloque espejo del Senado, Miguel Angel Pichetto, se supone el más dialoguista. La respuesta los dejó helados: "Deroguenlo".

La unidad opositora es una alerta para la Casa Rosada y sólo se equipara con la ley anti despidos de 2016. Este miércoles no tuvo fisuras: Graciela Camaño (Frente Renovador) y Kosiner, pilotearon la negociación para dictaminar su proyecto para limitar los tarifazos.

Y se mantuvieron en contacto permanente con Agustín Rossi, jefe del kirchnerismo, que bajó a la orden a los suyos de firmar sus dictámenes en comisión y ayudarlos con el quórum.

Durante las horas que duró la sesión, las mini reuniones de Kosiner, Camaño y Rossi en pleno recinto fueron frecuentes. 

Se conocen bien: el salteño y la bonaerense (que festejó su cumpleaños antes de la sesión) tuvieron al santafesino de jefe en sus años kirchneristas. Se reencontraron en diciembre y parecen decididos a trabajar juntos. Un problema nuevo y grande para Macri.