Congreso

Escándalo en el Congreso por un mensaje de Caputo a Cerruti

"Mis hijas tienen 11 y 13 años. No seas tan mala", le escribió el ministro a la diputada kirchnerista.

La visita de Luis Caputo al Congreso terminó en un escándalo luego de que le hiciera llegar un "papelito" a la diputada kirchnerista Gabriela Cerruti y lograra su reacción y la de sus pares , que obligó al senador peronista José Mayans a levantar la sesión.

El ministro respondía la tercera ronda de preguntas cuando Cerruti, que no forma parte de la Comisión pero como tantos se acercó a preguntar, se paró y empezó a los gritos.

"El ministro me hizo llegar un pepelito que dice ‘Mis hijas tienen 11 y 13 años. No seas tan mala'. ¡No lo conozco! ¡Es una falta de respeto!", protestó. "¡Miren! ¡Se ríe!", la respaldó, sacado, Agustín Rossi.

Caputo sonría y tras cuatro horas de explicar el estado de la deuda argentina y sus aventuras con offshore y fondos de inversión, vio la oportunidad de irse. "Si no hay orden levanto", amenazó Mayans, que preside la bicameral de control de deuda.

"Dale, levantá que nos vamos", le pidió el ministro, que estuvo acompañado de su jefe de Gabinete, Pablo Quirno, y el secretario de Finanzas, Santiago Bausili. Extraño: pese a su apuro, pasó la tarde dando notas en televisión, o sea, no tenía nada urgente en la agenda.

Ante los primeros gritos, los legisladores del Pro que quedaban empezaron a irse e hicieron imposible continuar la reunión, cuando restaban varios legisladores por preguntar.

Entre los anotados para consultar estaba el diputado kirchnerista Rodolfo Tailhade, que denunció a Caputo por la emisión del bono a 100 años y su participación en una offshore, revelada por Paradise Pappers. "Sólo faltaba Felipe Solá", mintió el ministro en su entrevista a TN. 

También pedía la palabra con insistencia Romina del Pla, la diputada del Partido Obrero (PO). Su par Nicolás Del Caño no la había pasado bien: antes de hablar se cortó la luz y tuvo que gritar a viva voz, como en sus épocas de estudiante universitario. Caputo nunca le respondió si consideraba ilegal que los hijos de Lázaro Báez tengan offshore. 

"Reaccioné como padre y no como funcionario público. No era el lugar ni la forma, le pido disculpas a la diputada Cerruti y a todos. En ningún momento tuve la intención de ofender a nadie", fue la escueta declaración de difundió Caputo a través de sus voceros.

El ministro luego explicó por TV que su bronca es porque Cerruti dijo la semana pasada en una emisión del programa "Intratables" que le había traspasado a una de sus hijas el fondo de inversión Axis, presunto beneficiado con bonos de deuda argentinos. 

En su descargo, siempre con frases cortas y punzantes como entrenó con el couch de la jefatura de Gabinete, Caputo había cuestionado a legisladores que "siguen hablando en todos los programas" de su participación en Axis, cuando en diciembre la justicia desestimó las denuncias.

"Hace cuatro meses que vienen repitiendo eso. Hace cuatro meses que estoy escuchando difamar de esta manera. Cuesta entender algunas cosas. Siguen con el tema", se victimizó.

Claro que la expectativa estaba en el descargo por la participación en cuentas offshore Noctua y Princes, denunciadas en Paradise Pappers. Insistió en que sólo fue fiduciario y que las offshore son legales.

Como explicó LPO, Caputo estaba nervioso y ayer llamó infinidad de veces al Senado para exigir seguridad, evitar infiltrados y en lo posible, no alargar la sesión más de cuatro horas.

Se corta la luz mientras expone Caputo. 

La tensión se vivió desde temprano y los diputados fueron los animadores: divididos en bandos opositores y oficialistas, coparon el Salón de las provincias del Senado e intercambiaron chicanas, una práctica inhabitual en la Cámara alta.

"Es difícil trabajar con diputados porque son más revoltosos", bromeó Mayans, en uno de los tantos tramos de la reunión que parecía írsele de las manos.

Tuvo un tenso cruce con Rossi, jefe de los diputados kirchneristas, cuando se levantó para exigirle obligar a Caputo a responder pregunta por pregunta, molesto porque Eduardo Amadeo había acusado a Axel Kicillof de sumar deuda externa con la estatización de YPF.

"¡Respeteme!", le exigió el senador formoseño, que tiene mejor relación con Cristina Kirchner que con Miguel Pichetto pero esta tarde no quería perder autoridad.

Silvia Lospennato, Karina Banfi y Ezequiel Fernández Langan fueron algunos de los diputados de Cambiemos que fueron a poner el cuerpo y se hicieron sentir. Fernández Langan, cercano a Marcos Peña, le habló al oído a José Luis Gioja e intentó contener a Cerruti cuando se desató el escándalo. El día estaba perdido.