GRANOVSKY EN LA MIRA POR GEREZ

Culpan al titular de Télam por el pantano en que ingresó la campaña mediática oficial en el caso.

Una vez más, el ex periodista de Página 12 y director de la agencia estatal de noticias, Télam, vuelve a estar inmerso en una cruda disputa que pone en duda su ya cuestionada continuidad al frente del organismo estatal.

En este caso, el poco claro secuestro y posterior resolución del testigo Luís Gerez es lo que estaría generando un cortocircuito de incierto desenlace entre el periodista y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.

Granovsky habría sido el encargado de coordinar la comunicación oficial por el secuestro de Gerez, que incluyo el pifiado mensaje por cadena nacional del presidente Néstor Kirchner, que entregó un discurso soso y de poco contenido concreto, que luego se supo fue grabado cuando Geréz ya había sido liberado.

Vale recordar que las dudas aumentaron ya que a los veinte minutos de concluido ese discurso, sugestivamente Gerez apareció golpeado y semidesnudo tras su aparente secuestro.

Según fuentes de la propia agencia de noticias y confirmada por voceros de despachos oficiales, "Granovsky tuvo la posibilidad de dar un salto cualitativo en su trabajo, pero su labor fue paupérrima. Hoy está complicado".

Llamativamente la agencia Télam sigue gozando de un acceso que no poseen otros medios al expediente por el secuestro de Geréz, que cada vez se orienta más hacia la posibilidad de que el hecho haya sido parte de un "montaje" destinado a sacar rédito político.

El propio gobernador Felipe Solá ayer se refirió al tema: "Intuyo que no es un secuestro generado por amigos y compañeros", dijo jugando al filo el mandatario provincial, y no dudó en referirse al vicejefe de Gabinete y piquetero Emilio Pérsico, quien también aparece comprometido en el caso.

"Pérsico y otros más sintieron como propio el secuestro, por pertenecer al mismo movimiento, y lo defendieron muchísimo. Ya conversé lo que tenía que conversar con Pérsico", agregó el gobernador.

La investigación entró en zona de alarma para el kirchnerismo cuando empezaron a trascender conversaciones de Gerez con políticos de su entorno, intentando coordinar y hasta eludir sus testimonios ante la justicia.

Los fiscales Andrea Palacios, Irene Molinari, Facundo Flores y Paula Gaggiotti, denunciaron por presunto falso testimonio y obstrucción a la Justicia a varios testigos del entorno de Gerez.

Fueron acusados Jorge Altamirano, Orlando Ubiedo, Domingo Rivadeneira y el abogado de la Secretaría de Derechos Humanos bonaerense, Martín Capandegui.

Ámbito Financiero publicó hoy que en una de las escuchas telefónicas en manos de los fiscales, Geréz le habría preguntado a Capandegui: "Che, ¿cómo sería el tema para poder evitar ir a declarar?".

Esta resbaladiza situación generó la reacción del diputado felipista Raúl Pérez, quien afirmó a La Nación que pedirá a la Procuración General de la Suprema Corte de Justicia bonaerense que se inicie un sumario administrativo a dos de las fiscales que investigan el supuesto secuestro de Luis Gerez, que desapareció el 27 de diciembre y apareció a los dos días.

Según el diputado Pérez, que es miembro del Consejo de la Magistratura, los representantes del Ministerio Público habrían dirigido, arbitrariamente, la investigación hacia el entorno de Gerez, incluso hacia Gerez, "en lugar de atender todas las líneas de investigación por igual. Han dejado de investigar la pista que apunta a policías y ex policías".

En este marco de sospechas y operaciones cruzadas es que vuelve a surgir el nombre de Granovsky. Lamentablemente este ex periodista de Página 12, también fue mencionado en otras impresentables operaciones del kirchnerismo.

Por sólo citar algunas, se puede mencionar la filtración del legajo de la Side del diputado lavagnista Juan José Álvarez; la calumnia vertida contra el entonces candidato a legislador del ARI, Enrique Olivera, acusándolo de tener cuentas en el exterior, y las más reciente campaña de difamación contra el director de Noticias, Jorge Fontevecchia; que según denuncio el propio editor habrían sido vehiculizadas a través del agente secreto de la Side, Fernando Pocino, un viejo conocido de Cristina de Kirchner.