Sindicalismo

Macri definió una estrategia de "tensión permanente" con los gremios

La estrategia de caricias y garrote que implementó el presidente con Moyano es extensiva a todos los gremios.

Mauricio Macri definió una estrategia de "tensión permanente" para lidiar con los gremios, en especial con el líder de los camioneros, Hugo Moyano.

La marcha del pasado 21 de febrero marcó un punto de inflexión en la relación del presidente con los sindicatos. Días antes de encabezar la marcha, Moyano intentó acercarse al Gobierno para dialogar. En el Gobiertno le respondieron: "Hacé la marcha y después hablamos".

Cuando se definió la marcha, Macri le dijo a Moyano que arreglara sus problemas con Triaca, obviando el diálogo personal que tienen hace más de una década. Sin embargo, luego le hizo un guiño a horas de la marcha al darle una nueva prórroga a OCA, para que la empresa postal que maneja el camionero pueda seguir operando.

No fue casual entonces el discurso moderado de Moyano en el acto central de la marcha, en el que incluso le pidió a sus afiliados que no insultaran a Macri.

Pero Macri eligió todos los platos del menú de la política para lidiar con los gremios, especialmente desde que le hicieron un paro general en abril de 2017 pese a que les había entregado la caja de las obras sociales.

Con Moyano, además de perdonarlo con OCA hizo frenar intentos de Graciela Ocaña para intervenir la obra social de Camioneros, que genera envidia en otros sindicatos, incluso del resto del mundo. Pero al mismo tiempo, lo cerca con las denuncias por su desempeño en la presidencia de Independiente.

Moyano y su hijo Pablo ya fueron imputados por la supuesta utilización del club para blanquear dinero de las empresas de su entorno familiar. Los hechos fueron denunciados por el barrabrava de Independiente, Pablo "Bebote" Álvarez en su declaración ante el juzgado de Lomas de Zamora. Bebote pasó a ser un arma clave de Macri contra Moyano. En las últimas horas, el Gobierno se encargó de que se tratara en los medios de manera constante un escándalo de prostitución de menores que involucra a un jugador de las inferiores de Independiente.

El otro sindicalista que Macri considera por encima del resto mundo sindical es Luis Barrionuevo, que arrastra una relación de amor y odio con el presidente. Tanto Moyano como Barrionuevo generan recelo con el resto, como sucede en el caso de los Gordos, que tienen mayores niveles de acuerdos cotidianos con el Gobierno, pero menos poder de fuego y trascendencia que los dos históricos líderes de la CGT desde hace más de veinte años.

La estrategia de tensión fija de Macri es, sin embargo, extensiva a todos los gremios. Por un lado les hace guiños, como con el viaje de sindicalistas moderados a Europa junto a Triaca, que recibió él mismo presidente este jueves en la Rosada, y por otro amenaza con intervenciones e impone el techo de las paritarias. La idea final es evitar la ruptura total pero al mismo tiempo evitar que los gremios le propinen un estallido social.