Diputados

Acorralado por la justicia, Roberti pidió licencia al sindicato petrólero

Lo complica una denuncia por el manejo de la obra social. Su futuro en el Congreso.

El diputado Alberto Roberti pidió licencia con goce de sueldo como secretario general de la Federación Argentina de Petróleo, Gas y Combustible, jaqueado por denuncias sobre irregularidades en el manejo de la obra social.

Confirmó su partida ayer mediante una carta que aún debe aprobar el consejo directivo de la federación, que encabeza hace más de una década y le sirvió como plataforma para saltar a la política. Lo reemplazaría Julio Miranda, secundado por Pedro Milla.

Roberti fue denunciado por supuestos fraudes a la obra social de petroleros, que no estaría en su mejor momento. Pidió licencia con goce de sueldo a la federación y seguirá siendo diputado nacional. 

Miembro del interbloque federal, referenciado en los gobernadores, Roberti tiene acordada su continuidad como presidente de la Comisión de Trabajo y en diciembre dio muestras de una sana convivencia con el oficialismo.

Estuvo entre los opositores que en diciembre ayudaron con el quórum para sancionar la reforma previsional y aunque Jorge Triaca pidió barrerlo de la Comisión, Monzó lo protegió.

Su situación judicial no le permite muchos actos de rebeldía: Marcelo Turchetti, ex miembro de la Federación, lo denunció en la justicia por supuestas maniobras para saquear la obra social.

Consistían en pagos no registrados por 9 millones a Salud Industrial. S.A. una empresa proveedora de servicios. Aunque lo expulsaron del gremio, Turchetti complicó la rutina de su ex jefe: el año pasado fue difícil verlo en el Congreso y casi no atendió el teléfono.

Las finanzas de la obra social tampoco estaban bien porque cada vez menos empresas aportan. Es que en los últimos años los gremios de primer grado de las zonas con mayor producción hidrocarburífera abandonaron la federación molestos por los manejos de Roberti y armaron su propia obra social, con aportes de las petroleras más poderosas.

Fue el camino que tomaron los jefes sindicales de Chubut, Santa Cruz y también Neuquén, donde está el yacimiento de Vaca Muerta. Su jefe, el senador Guillermo Pereyra, se lució inaugurando clínicas para sus afiliados, en una actividad con muchos riesgos de salud. 

Sus servicios de salud crecieron a medida que caía el de la federación, que se quedó con representantes de las provincias más chicas del rubro, como las del norte del país.

Según supo LPO, Roberti intentó un aporte extra de las petroleras pero no lo consiguió. Y pidió licencia, con goce de sueldo.