Cambiemos

Cortinas de humo y crecimiento invisible

La Argentina crece, pero si se mira el PBI per cápita recién en 2019 estaremos como al inicio del mandato.

A partir del discurso de apertura de sesiones ordinarias se instaló el concepto de "crecimiento invisible". Para el oficialismo, es una variante 3.0 del mítico "estamos mal, pero vamos bien" de Menem. Para la oposición, es la demostración que el gobierno fabula y empieza construir su propio "relato M".

¿Está creciendo la economía? SI, en 2016 el PBI real cayó un 2,6%, en el 2017 subió 2,9% y esto vuelve el PBI real al nivel que lo tomó este gobierno en diciembre 2015. Este año la economía va a crecer en términos reales. El gobierno presupuestó 3,5%, las proyecciones más serias ubican el crecimiento de este año en torno al 2,5%. ¿Cuál es el problema entonces?

En primer lugar, el PBI real no es una buena medida de crecimiento. Para saber si una economía crece, como mínimo, deberíamos tener en cuenta la evolución de su PBI per cápita. Es decir, no considerar su nivel absoluto sino cuanto PBI se generó por habitante. La población, según estimaciones del INDEC, viene creciendo en el orden del 1,1% anual.

Ahí, es donde se le empiezan a quemar los papales al gobierno porque si tenemos en cuenta el PBI real per cápita, estamos por debajo del que recibió en diciembre 2015. Y solo volveríamos a ese nivel si crecemos este año en términos reales en el orden del 3%, algo que lamentablemente como viene perfilado el año pareciera que no vamos a lograr. Es decir, a estas tasas de crecimiento del PBI real, recién en algún momento del 2019 el PBI real per cápita volvería a los niveles del 2015. Casi todo un período presidencial para simplemente tener casi el mismo nivel per cápita que al inicio. Muy poco, si se tiene en cuenta lo que se le prometió a la sociedad.

Si se mide el PBI per cápita, este viene creciendo según el Indec a un 1,1% anual. Es decir que recién en 2019 se volvería a los niveles del 2015. Muy poco si se mira lo que se prometió a la sociedad. 

Es por eso que en la calle cuesta entender lo que dice el presidente en el Congreso. El PBI real es igual al del 2015 pero se reparte entre más gente. Producimos el mismo nivel que en 2015 pero lo tenemos que repartir entre más habitantes.

Hay otro aspecto que explica por qué la gente no percibe los beneficios del "crecimiento invisible". No solo el PBI real per cápita está por debajo del de 2015, sino que la distribución de ese PBI per cápita se alteró. Hoy, hay más familias que pagan ganancias (y no porque ganan más en términos reales), hoy las familias pagan más en términos reales por las facturas de los servicios públicos, el ahorro por subsidios del Estado fue compensado con intereses de la deuda, y los beneficios fiscales que algunos recibieron no compensan la mayor erogación en servicios públicos. Aun cuando el ajuste de los servicios públicos fuera necesario, ello no elimina su impacto distributivo. Encima muchos ajustes de precios no se vieron reflejados en aumentos del nivel de actividad del sector (como es el caso de la producción de hidrocarburos).

Poder adquisitivo

Hoy el argentino promedio tiene menor capacidad de compra efectiva que en el 2015. Eso no quita que 2018 sea el segundo año consecutivo de crecimiento del PBI real, algo que no veíamos hace mucho tiempo, aun cuando las tasas de crecimiento sean menores a las prometidas o necesarias.

¿Por qué si la economía empezó a crecer, la confianza en el gobierno cae? Porque el gobierno prometió otra cosa. Dijo que los trabajadores iban a dejar de pagar ganancias, y no cumplió. Dijo que habría un shock de inversiones, y eso no pasó en las magnitudes prometidas. Dijo que bajar la inflación era muy fácil, y nunca cumplió siquiera con las metas de inflación.

El problema del gobierno no es el gradualismo, ni es el "círculo rojo", ni el delirante cristinismo residual. El problema del gobierno es que no cumplió con sus propias promesas y la gente se da cuenta.

La polarización con Cristina sirve para juntar votos, pero ni sirve para que vengan inversiones, ni sirve para que la gente se sienta mejor a fin de mes.

Cuando el presidente, quizás con razón, dice que lo peor ya pasó, mira estadísticas reales que no explican la situación de la gente. Para las familias lo peor habrá pasado cuando hayan mejorado su nivel de vida, porque para eso los ciudadanos eligen los gobiernos. Nadie elige un gobierno para estar un poco peor que antes, y para ser sinceros, tampoco nadie gana una elección si promete que, en el mejor de los casos, recién al final del período presidencial se recuperará el nivel de vida que se tenía al inicio.

El problema creo que no está en la forma en que el gobierno se comunica con los ciudadanos, el problema está en que no hay comunicación posible para ocultar que los logros distan mucho de lo prometido.

La sobreactuación con la mano dura, la discusión sobre la despenalización del aborto, la ampliación de las licencias por maternidad para los hombres, y otros temas que vendrán podrán ser discusiones sinceras o cortinas de humo, eso el tiempo lo dirá, pero en cualquier caso son la demostración que en materia en económica el gobierno todavía tiene muy poco para mostrar.