Santa Fe

Lifschitz tantea un armado nacional con Stolbizer, Lousteau y Alfonsín

El gobernador encabezó un acto clave en el que cuestionó el modelo macrista de "financiar el déficit con deuda pública".

El gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, pareció entender que llegó el momento de empezar a marcar fuerte el camino posible al 2019, para la alianza progresista que lidera el socialismo santafesino.

Este viernes encabezó un inusual acto multitudinario, en el que se alejó de los discursos marketineros y trazó una crítica detalla del gobierno de Macri y de lo que él cree que debería ser una opción progresista.

Lo hizo luego de mantener en la Casa de Gobierno una reunión con Margarita Stolbizer, Martín Lousteau y Ricardo Alfonsín, con quienes estaría explorando la opción de construir un frente nacional de centroizquierda para las elecciones del año que viene.

El acto, al que no asistieron estos referentes, fue convocado para hacer un último llamado a su fuerza política para que consigan destrabar la reforma de la Constitución provincial y así se le habilite la posibilidad de pelear por otro mandato. Pero acaso consciente que hoy esa posibilidad es remota, en su discurso avanzó hacia lo nacional y planteó que el cambio surgirá "desde Santa Fe".

¿Renuncia a la reelección?. En su defensa de la necesidad de reformar la Constitución santafesina, Lifschitz sorpendió con una propuesta: "Algunos podrán poner de excusas la reelección del gobernador, pero si ese es el problema se resuelve fácilmente con una cláusula transitoria que lo impida, cual es el problema", afirmó.

La puesta en escena fue imponente y reunió en un salón Metropolitano colmado, a decenas de funcionarios, dirigentes frentistas, jefes comunales e intendentes. Allí hizo una cerrada defensa de su gobierno, después que once vecinos expusieran sus experiencias en distintos programas que impulsa la provincia.

"Vivimos tiempos de reformas, son importantes" introdujo en sus últimos minutos de discurso donde recordó que "ser progresistas es ser reformistas y nosotros, que somos parte del Frente Progresista, no se puede ser progresista sin ser reformista", argumentó mencionando por primera y única vez el nombre del frente que adquirirá una nueva identidad hacia el 2019.

"Quienes son reformistas solamente en el discurso y cuando llega el momento siempre encuentran ‘peros' y dicen ‘que ahora no porque la gente está pensando en otra cosa', en el fondo son conservadores, son hipócritas, no están a favor de las reformas", disparó Lifschitz ante la atenta mirada de Hermes Binner y Antonio Bonfatti, los otros dos grandes líderes del socialismo santafesino.

Finalmente, Lifschitz sorprendió al insinuar una posible candidatura nacional si los tiempos para la reforma provincial no alcanzan a completarse para el 2019: "El cambio de verdad de este país va a venir de Santa Fe" y agregó: n"Lamentablemente, no va a venir del interior postergado, muchas veces conservador, ni mucho menos de la metrópolis porteña. El verdadero cambio progresista para la Argentina va a venir de una provincia moderna e innovadora, va a venir de Santa Fe".

Fue el broche final de un discurso que sorprendió por su fuerte contenido político e ideológico con fuertes críticas al modelo de Macri, aunque evitó menciones explícitas.

"En Santa Fe tenemos otra sintonía, no seguimos apelando a viejas recetas que ya han fracasado muchas veces en la Argentina y sus resultados ya los conocemos" apuntó y si bien reafirmó que está de acuerdo con la economía de mercado, "hay límites éticos y morales que los estados tienen que hacer cumplir".

"Es un error grave pensar que la disminución de los impuestos a los más ricos va a devenir en inversiones, en trabajo y en empleo en los sectores populares, eso no es cierto, genera más desigualdad", sostuvo y se ganó los primeros aplausos del público.

De esta encrucijada se sale por arriba expandiendo la economía, no se sale achicando el Estado y recortando sus funciones sociales con la excusa de ajustar el gasto político, sostuvo Lifschitz.

Además, criticó el endeudamiento y la manera en que se busca disminuir el déficit: "Estamos de acuerdo con bajar el déficit fiscal y parar la inflación porque son objetivos de una buena administración. No estamos de acuerdo en seguir sosteniendo el déficit con deuda pública. No es un problema de técnicos ni mucho menos de CEO's de empresas sino que necesitan de una mirada política".

"De esta encrucijada se sale por arriba, expandiendo la economía y el crecimiento del mercado interno. No es achicando el Estado y recortando sus funciones sociales porque con la excusa de recortar el gasto político, lo que se esconde es la idea de recortar las políticas sociales", agregó.

Por otro lado, reprochó uno de los caballitos de batalla del macrismo por la manera en que Argentina se está integrando al mundo: "Hay que hacerlo con inteligencia, como lo haría cualquier equipo chico que tiene que enfrentarse al Barca, con una defensa cerrada esperando la oportunidad de un gol de contraataque, sin regalar nada"

"Si no hacemos eso, corremos el riesgo de comernos una goleada y ese es el riesgo que estamos corriendo hoy en la Argentina con el modelo de apertura económica que hemos elegido sin defender a nuestros empresarios y productores y sin medidas de protección", agregó.

Además, repasó los desafíos que tiene el país en materia energética, de inclusión y de género: "El futuro solo es posible si es ecológico, si es inclusivo y -escúchenme bien los varones que están aquí - y si es feminista" y estalló la ovación.

A su vez, subrayó que en el único distrito donde se están haciendo tantas obras como en Santa Fe es en la Ciudad de Buenos Aires, "con la diferencia que tienen un presupuesto mucho más grande que el nuestro y un territorio 700 veces más chico".

En cuanto al federalismo, otro de las banderas que levanta Cambiemos "se traduce en un toma y daca -consideró Lifschitz- en recursos que van y vienen a cambio de contraprestaciones políticas, nada de eso es el verdadero federalismo", afirmó en alusión al condicionamiento del gobierno nacional de adecuarse a la reforma fiscal para poder cobrar la deuda de coparticipación reconocida por la Corte Suprema.

"De paso que no se olviden de pagarnos la deuda de 50 mil millones de pesos", le recordó a Macri y preguntó con picardía: "¿O son más importantes los fondos buitres o los acreedores de Lebacs que nosotros?", para volver a ganarse otro cerrado aplauso del salón.