Estados Unidos

Trump quiere armar a los maestros en las escuelas

El presidente se reunió con sobrevivientes de diversas tragedias escolares para escuchar sus reclamos.

La matanza de 17 personas la semana pasada en Florida ha desatado como pocas veces el debate del control de armas sobre Donald Trump y el resto de la clase política norteamericana. Se sabe que el frustrado presidente pasó el fin de semana en su residencia Mar-A-Lago en el Estado de la Florida tratando de encontrar una solución al problema, incluso interrogando a los miembros del lujoso club de golf qué opinaban respecto al complicado debate.

Hoy Trump, junto al vicepresidente Mike Pence y la secretaria de educación Betsy Davos, sostuvo una reunión televisada con padres, maestros y sobrevivientes de diferentes tragedias en escuelas. Entre los asistentes estaban jóvenes estudiantes de la preparatoria de Florida que fue azotada el pasado 14 de febrero.

El mandatario habló de algunas medidas que están considerando empujar al legislativo, como imponer un mínimo de edad para adquirir un arma de fuego, y chequeo de antecedentes criminales y de salud mental más estrictos. Sin embargo, la propuesta que se robó los titulares -y las críticas- alrededor del mundo fue la de armar a los maestros para que puedan detener a potenciales tiradores.

"Muchas personas lo están diciendo, como, dar permisos de portación para los maestros. Digamos que tienes al 20% del profesorado [armado]. Un ataque ha durado en promedio 3 minutos... Si tuvieras un maestro que fuera adepto con las armas de fuego, ellos [sic.] podrían muy bien terminar con el ataque rápidamente, y lo bueno de una sugerencia como esa -y la vamos a analizar fuertemente, y creo que mucha gente se va a oponer a ella. Creo que a mucha gente le va a gustar. Pero lo bueno es que vas a tener a mucha gente armada con eso", dijo el presidente.

'Si tuvieras un maestro que fuera adepto con las armas de fuego, ellos podrían muy bien terminar con el ataque rápidamente', sugirió Trump.

El presidente dijo que un profesor armado eliminaría la "zona libre de armas" por lo que un tirador no se atrevería a entrar a atacar.

"Nací en un mundo en el que nunca tuve la experiencia de seguridad y paz", dijo al presidente Justin Gruber, uno de los sobrevivientes de Parkland, cuya comunidad estudiantil, desde el día de la tragedia, lanzó una poderosa campaña de protestas y demandas para exigir acciones claras de la clase política. "Necesita haber cambios significativos en este país, porque esto no puede volver a pasar".

El padre de un niño asesinado en la primaria Sandy Hook pidió al presidente y a los legisladores que consideraran implementar el programa que crearon después de aquella tragedia hace cinco años.

"Este es mi hijo Daniel" -dijo el hombre mientras sostenía una fotografía-"tenía 7 años cuando le dispararon de muerte en su salón de 1er grado en la primaria Sandy Hook hace poco menos de cinco años".

El hombre recordó que no era la primera vez que sostenía una reunión similar con líderes políticos: "Ya he estado antes en este edificio, restregándome las manos, rogando a los legisladores qué podemos hacer", dijo. "Hasta que finalmente dijimos: tenemos que ir a casa y resolver esto nosotros mismos". El padre habló entonces de un programa de entrenamiento para que profesores y alumnos puedan identificar señales de alarma en personas que pudieran en el futuro cometer atrocidades como la ocurrida en dicha escuela.

"Entrenamos a estudiantes y maestros y educadores con las herramientas para reconocer a esta gente, y las herramientas para intervenir para darles la ayuda que necesitan antes de que tomen un arma y cometan una tragedia horrible. Funciona", dijo el padre.

"Ya detuvimos tiroteos escolares. Ya prevenimos suicidios. Les pedimos que nos ayuden a llevar esto al nivel nacional ahora mismo".

El padre de Sandy Hook se tomó el tiempo para responder la controversial propuesta de Trump:

"Los maestros ya tienen más que suficientes responsabilidades en este momento como para además tener la enorme responsabilidad de [usar] fuerza letal para tomar una vida" dijo el padre. "Un psociópata demente en camino a cometer un acto de asesinato en una escuela, sabiendo que el resultado será el suicidio, no le va a importar que haya alguien armado ahí. Ese es su plan de todas formas" señaló.

'Los maestros ya tienen más que suficientes responsabilidades en este momento como para además tener la enorme responsabilidad de [usar] fuerza letal para tomar una vida', le respondieron.

Trump cerró la sesión garantizando a los padres que el Gobierno se dispone a presionar con fuerza el tema de la edad mínima para acceder a un arma de fuego "y el aspecto mental de lo que está ocurriendo", dijo. "Esta persona estaba muy enferma y la gente lo sabía", repitió el presidente, el mismo argumento que ha esgrimido desde el día de la tragedia la semana pasada.

"Todo lo que puedo decir es que estamos peleando duro por ustedes. Estoy sufriendo por ustedes. No hay nada peor que lo que han sufrido. Gracias por sus ideas y sus pensamientos y gracias por vaciar sus corazones. Vamos a encontrar una solución. Que Dios los bendiga".

Analistas sugieren que la nueva agenda pro-control de armas del presidente podría estrellarse cuando llegue a la Asamblea de Representantes, donde cientos de legisladores republicanos -empezando por el líder de la cámara, Paul Ryan- han sido financiados por la Asociación Nacional del Rifle y se oponen a cualquier limitación a la Segunda Enmienda.