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El presidente del HSBC negocia con Palazzo levantar el conflicto bancario

Gabriel Martino se mueve como un ministro sin cartera por su llegada a Macri. LPO lo descubrió negociando con el jefe de La Bancaria.

Como un ministro sin cartera, el presidente del HSBC Gabriel Martino, de estrecha relación con Mauricio Macri, negocia una salida al conflicto salarial de los bancarios con el líder sindical de ese gremio, el radical kirchnerista Sergio Palazzo.

Palazzo lanzó un paro bancario de 48 horas este lunes y en plena medida de fuerza, LPO puedo asistir a la cumbre extraoficial que el sindicalista mantuvo con Martino en la confitería Rond Point-Audi de Barrio Parque.

El banquero cercano a Macri sabía cuando llegó a la reunión que ya era tarde para levantar la medida de fuerza, pero la idea es reencauzar la paritaria y, sobre todo, ablandar el vínculo de Palazzo con su amigo el presidente Macri, el más intransigente en la negociación.

La Bancaria pide un 19.4% retroactivo a enero con cláusula gatillo. Pero la Bancaria no se mueve del irreal 9%.  Cristófani oficia de duro y Martino se reúne seguido con Palazzo para destrabar el conflicto. 

Según supo LPO, Martino ya se juntó varias veces con Palazzo la semana pasada y ofició de nexo con el golpeado ministro de Trabajo, Jorge Triaca, para tratar de suspender la medida de fuerza. Alcanzaba con pagar un bono de 10 mil pesos y e iniciar una negociación salarial en términos no muy diferentes a las demás. Pero Triaca, acaso presionado por Macri, rechazó la propuesta.

La irrupción de Palazzo en una operación política de alto nivel como es cerrar las paritarias con un gremio de los más importantes, ratifica su condición de ministro sin cartera con acceso directo y sin intermediarios al presidente. Un rol político poco habitual para un ejecutivo de nivel medio de una multinacional.

No es fácil la tarea que tiene por delante el banquero, que durante el kirchnerismo debió dejar el país en medio de serias acusaciones de lavado, un lastre que el gobierno de Macri se esforzó en aligerar

Como sea, la Asociación de Bancos de Argentina no se movió de la oferta del 9% de aumento acercada en diciembre, aun cuando el 28 de ese mes el Gobierno elevó las metas de inflación al 15% y lo convirtió en la base de las paritarias. Con un agravante: El consenso de los economistas es que la inflación real rondará el 20% este año.

La Bancaria no es tan intransigente como parece: Exigen el 19.4% retroactivo a enero con cláusula gatillo, por ser la proyección del relevamiento de expectativas de mercado (REM) del Banco Central.

Y si no es posible incluir la gatillo, que sube los salarios si la inflación es mayor a la prevista, piden un 24.9%, por ser el índice de precios del año pasado, siempre según el Indec. Pero sin una contrapropuesta al ya irrisorio 9% la negociación aparece irremontable.

La oferta la acercó Claudio Cesario, director del Banco Santander y presidente de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA). Su jefe es Enrique Cristofani, otro amigo de Macri pero de pésima relación con los gremios, que no le perdonan haber obligado a sus empleados a fiscalizar para Cambiemos en 2015.

Con Martino la relación es otra y Palazzo no ignora su afinidad con Macri, que le permite entrar a la quinta de Olivos sin avisar. Lejos quedó su exilio durante el kirchnerismo, acusado de lavado de dinero y con una bicameral que lo interrogó por más de 4040 cuentas de argentinos no declararas en la sede del HSBC de Ginebra

Pero sus buenos oficios aún no pudieron ablandar al presidente, que no le perdona a Palazzo su afinidad con Cristina Kirchner y su participación en la marcha de Hugo Moyano de este miércoles.

Tanta es su intransigencia que ordenó a Triaca cancelar la reunión paritaria del 30 de enero. Pero tal vez Martino pueda acercar posiciones. Trabaja para eso.