inflación

Cavallo respaldó la propuesta de Giacomini y Milei de abandonar las metas de inflación

Proponen trasladar las Lebacs al Tesoro y pasar a un régimen de metas de emisión monetaria.

Crecen las críticas contra la política de metas de inflación de Federico Sturzenegger desde que, disconformes con las altas tasas de interés, en el Gobierno decidieron cambiar la meta de 2018 al 15% y forzar así al Banco Central a bajar la tasa. En medio de las críticas, los economistas Diego Giacomini y Javier Milei esbozaron una propuesta alternativa a las metas de inflación, que consiste en controlar la expansión de la base monetaria con metas "de emisión". Y el ex ministro Domingo Cavallo salió a respaldarlos.

Sin embargo, no hay consenso al respecto. No son pocos los que advierten que abandonar el régimen de metas de inflación a menos de dos años de haberlo adoptado solo lo restaría credibilidad al Banco Central, lo que solo encarecería aún más la política anti-inflacionaria. "La Jefatura de Gabinete violó la independencia de la autoridad monetaria cuando cambió las metas de inflación y decidió tolerar 10 puntos más de inflación en 2018/2019, lo cual hirió de muerte la credibilidad y reputación del BCRA" había concluido Giacomini antes de terminar de pulir su propuesta.

"La teoría enseña que la inflación converge a la diferencia entre el ritmo de aumento de la oferta monetaria (emisión) y el ritmo de expansión de la demanda de dinero, que crece con el nivel de actividad. En 2017, la base creció +27,6% y la actividad se recuperó +2,8%, ergo no sorprende que la inflación haya sido +24,7% anual", escribió este sábado en Perfil el economista y director de la consultora Economía y Regiones (E&R), Diego Giacomini, al explicar su propuesta.

Por ende, para estos economistas "la única forma de mantener la inflación a ‘raya' es aplicando una política monetaria que no emita ‘de más' (...). El problema es que el BCRA vive emitiendo ‘de más'; y es por esto que la inflación no baja. En 2016/2017 (+61,1%) la base monetaria creció casi lo mismo que en 2014/2015 (+65,4%)", señaló en su columna Giacomini.

'La única forma de mantener la inflación a ‘raya' es aplicando una política monetaria que no emita ‘de más'. El problema es que el BCRA vive emitiendo ‘de más'; y por esto la inflación no baja' explicó Giacomini.

La emisión responde en buena medida a los pesos que el Banco Central le da al Tesoro a cambio de los dólares que toma de deuda para financiar el déficit fiscal y también al dinero que le gira en concepto de ‘Transferencias y adelantos transitorios', es decir, sin contraprestación de parte del Tesoro.

Para luego sacar de circulación ese excedente de pesos, el Banco Central vende Lebacs y paga una tasa de interés que en este momento ronda el 27% anual. Esta política de cambiar un pasivo no remunerado (pesos) por uno remunerado (Lebacs) es lo que los economistas denominan "esterilización" y no es gratis: su costo se llama "deuda cuasifiscal" y son los pagos de intereses del Banco Central por intentar preservar el valor del peso. "Las Lebacs se triplicaron pasando de $ 330.165 MM (fin de 2015) a $ 1.000.592 (fin de 2017). Su costo cuasifiscal asciende a 3,3% del PBI, es decir, casi la mitad del déficit financiero de Nación", detalló Giacomini.

El punto es que cuando el Banco Central fija la tasa de interés, es el mercado el que decide cuántos pesos conserva en el bolsillo y cuánto destina a Lebacs, es decir que con la tasa el Banco Central persuade al mercado a ampliar o reducir la cantidad de dinero circulante, pero no fija cuánto se expande el circulante. Con la propuesta de Milei y Giacomini, el Banco Central debería abandonar la política de metas de inflación y cambiarla por una de "Agregados Monetarios" -que fue lo que hizo Sturzeengger en 2016-. Por ende, limitaría la cantidad de dinero impidiendo el exceso de emisión monetaria y sería el mercado el que, consecuentemente, ajuste la tasa de interés.

Al limitar la cantidad de dinero, el Gobierno debería apurar la reducción del déficit fiscal y además hacerse cargo de la deuda mediante Lebacs emitida por el Banco Central para esterilizar el exceso de emisión por cuenta y orden del Tesoro, en línea con lo que el año pasado propuso Federico Furiase en su columna para LPO. De esta forma, la política de agregados monetarios le pone fin al déficit cuasifical y "asegura cumplir las metas de inflación del 15% (2018); 10% en (2019) y 5% en (2020)", sostuvo Giacomini. 

Esto supone, de acuerdo a quienes propugnan los agregados monetarios, un activo adicional para la credibilidad de Banco Central respecto de su compromiso con la reducción de la inflación: al ser el mercado el que fije la tasa, no podrían repetirse las acusaciones de que el presidente del Banco Central mantiene la tasa muy elevada y obligarlo a dar el brazo a torcer. Así, se "minimiza la intromisión de la ‘política' en la esfera monetaria", detalló el director de E&R.

En otras palabras, jamás podría repetirse la pulseada que hubo entre Sturzenegger y el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, quien forzó la decisión de cambiar la meta de inflación anunciada por Marcos Peña y Nicolás Dujovne.

Anunciar el tipo de cambio, la propuesta de Cavallo

Y aunque no son pocos los colegas que advierten que la tasa resultante implicaría volcar la economía hacia una recesión y que esta ganancia en materia de reputación sería arrasada por la pérdida de reputación del banquero central al abandonar el régimen de metas de inflación a menos de un año de comprometerse a hacerlo funcionar, el ex ministro de economía Domingo Cavallo respaldó a Giacomini y a Milei.

"Es muy buena la propuesta", dijo Cavallo en su cuenta de Twitter a la vez que la asimiló con su propuesta para bajar la inflación.

En efecto, la propuesta de Cavallo no consiste en controlar los agregados monetarios, pero sí sumarle a la tasa de interés el control de la cotización del dólar para reducir la incertidumbre cambiaria abaratando el costo cuasifiscal. Es que de acuerdo al ex ministro, la tasa de interés, que es el precio del dinero, no es un precio cualquiera sino que impacta en todos los precios, por lo cual lejos de ayudar a combatir la inflación, subir la tasa es contraproducente.

"Mi sugerencia para el Banco Central no es que abandone su política monetaria de metas de inflación, sino que la implemente manejando no sólo la tasa de interés sino el tipo de cambio nominal. Esto significa que, por ejemplo, a partir de que el tipo de cambio alcance un nivel que se considere satisfactorio, digamos 20 pesos por dólar en los próximos días, intervenga en el mercado cambiario de tal manera de hacerlo subir todos los días los centavos necesarios para que al final del año se ubique en alrededor de 23 pesos por dólar", recomendó Cavallo en su último blog.

De momento, salvo el visto bueno de Cavallo y de otros pocos colegas, la mayoría de los consultores de la city porteña destacan que el resto del mundo logró combatir la inflación con metas y que, por lo tanto, el régimen no debería cambiarse. Pero también insisten en que la credibilidad del Banco Central es un activo imprescindible y que el costo reputacional de la última decisión de baja de tasas con inflación creciente fue muy elevado.