En México, Tillerson ahora se modera y dice que buscará una solución diplomática en Venezuela

La cumbre del canciller mexicano Luis Videgaray con sus pares Rex Tillerson y Chrystia Freeland del Canadá, funcionó como el funcionario de Peña Nieto esperaba. Según los propios funcionarios no se habló de los dreamers, no se habló del muro fronterizo y hubo expresiones amenas sobre el futuro del TLCAN.

Tillerson llegó a México luego de un explosivo discurso en Texas donde dijo que los militares venezolanos debían desplazar a Nicolás Maduro. Pero este viernes el secretario de Estado se adhirió al discurso de Videgaray: toda solución debe venir de la vía pacífica e institucional y "Venezuela debe resolver su crisis humanitaria con sus propios elementos institucionales". 

Minutos después, ante consultas de la prensa, el canciller mexicano recalcó que su país nunca avalará una intervención militar en Sudamérica.

Tillerson aún así tuvo un vocabulario durísimo contra Maduro al que consideró un "corrupto" y señaló que está en el poder "de modo fraudulento". Escuchaban la conferencia el embajador en Washington Gerónimo Gutiérrez y el subsecretario para América del Norte Carlos Sada Solana.

Gran parte de la aparición de ambos funcionarios se enfocó en cuestiones de cooperación en materia de Seguridad. Se habla de acciones preventivas en la frontera sur de México así como de incrementar los trabajos para frenar el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y el de armas hacia México. Tillerson volvió a reconocer que Estados Unidos debe abordar su problema interno relacionado con la drogadicción, que lo convierte por lejos en el mayor mercado del mundo.

Sobre el TLCAN no hubo definiciones de peso, fueron mensajes muy edulcorados aunque se consignó que hubo conversaciones sobre cuestiones de energía.