Brasil

Con una histórica inversión en aguas profundas, Petrobras busca dejar el escándalo atrás

Este año sumará ocho plataformas al yacimiento submarino Pre-Salt, con la meta de sumar un millón de barriles.

Brasil está decidido a volver a la primera línea del petróleo global con una masiva inversión en su mega yacimiento Pre-Salt, ubicado frente a las costas de los estados de Río de Janeiro y San Pablo.

En sus presentaciones ante los inversores en Wall Street la empresa dejó en claro ese objetivo, que incluye para este año la puesta en funcionamiento de ocho nuevas plataformas petroleras en el área, un record histórico para la estatal brasileña. Hasta ahora el año con mayor inversión en esa área había sido el 2014, con la puesta en marcha de cuatro nuevas plataformas.

Las construcciones se reactivaron luego que la estatal cediera parte de la construcción de plataformas a China. Cada nueva plataforma tiene la capacidad de producir 150 mil barriles diarios, así que teóricamente juntas podrían sumar a Petrobrás 1,2 millones de barriles, aunque los cálculos de la compañía brasileña son más conservadores, por la infraestructura submarina anexa que se necesita para sacar una producción de ese tamaño.

El plan anunciado es en rigor una reformulación un poco más austero de uno elaborado en el 2012, cuando estalló el Lava Jato y Petrobras entró en una crisis de la que intenta salir ahora.

La apuesta de máxima es llegar a sumar para el 2022 casi un millón de barriles y pasar de la producción actual que ronda los 2,6 millones de barriles a 3,5 millones, como explicitó la compañía en su plan de negocios 2018-2022 (ver documento adjunto). Petrobras dejó en claro en ese documento que el foco central de su inversión será exploración en aguas profundas, donde prevé destinar el 66% de las inversiones.

El plan anunciado por Pedro Parente, presidente de Petrobras, es parte de un plan diseñado en el 2012 que quedó interrumpido por el escándalo del Lava Jato que todavía sacude a la política brasileña. Ese plan era incluso más ambicioso y disponía que todo el petróleo del Pre-Salt se convirtiese en combustibles y derivados de alto valor agregado en el Complejo Petroquímico del Estado de Río de Janeiro (Comperj) en las refinerías de Lima y Abreu y otras dos del nordeste de Brasil. De las cuatro sólo las primeras dos se construyeron parcialmente, de manera que como ahora Petrobas no tiene la capacidad de procesar todo lo que se extraiga del Pre-Salt, la nueva idea es exportar petróleo crudo.

El petróleo que se obtiene de esos yacimientos es de alta calidad y exigen el desarrollo de una tecnología de frontera por la profundidad en la que se encuentra, que llega hasta los 6.000 metros.