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Análisis: El cambió de metas golpeó la reputación del Central

Tras un año de repetir "metas que se cambian no son metas", Sturzenegger cedió.

Este miércoles a primera hora, como anticipó LPO, el Gobierno anunció un cambio en las metas de inflación y la política de tasas de interés, una medida controversial que disparó la cotización del dólar y el Merval. Y el anuncio, para sorpresa de muchos, no lo hizoel presidente del Banco Central, sino el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.

De esta manera, Dujovne corrigió las pautas inflacionarias presentadas en enero de 2016 por su antecesor, Alfonso Prat Gay, quien también se sumó al debate por Twitter. La diferencia, tal vez es que las metas fiscales de Prat Gay fueron corregidas por Dujovne ni bien asumió, mientras que las inflacionarias permanecieron inalteradas por decisión de Sturzenegger, pese a los llamados de atención permanentes de sus colegas respecto a la inconsistencia entre ambas, que se somatizó en el déficit de cuenta corriente más grande de la historia.

Este año, tanto el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, como Demian Reidel, uno de los miembros fuertes de su directorio a la hora de fijar la tasa de interés de referencia, se cansaron de repetir: "Meta que se cambia no es meta".

Sturzenegger, además, se pasó el año explicando que, de haberse fijado una meta más alta, parte de los resultados obtenidos en la lucha contra la inflación no se habrían alcanzado, y que cambiar la meta suponía romper con la credibilidad de su palabra, el principal activo de un banco central en una política desinflacionaria.

De la vereda de enfrente, colegas le replicaban que, con una brecha tan grande entre la meta y las expectativas, también se veía afectada la credibilidad. Para él y su equipo, incluso tras haber hecho un mea culpa (mea, no de Prat Gay) por el exceso de optimismo de las metas originales, mayor era el costo de desdecirse de su promesa de tomar todas las medidas que hicieran falta para lograr el objetivo y romper con la dominancia fiscal y la falta de autonomía del Banco Central. No era una cuestión de egos, sino una construcción institucional.

De allí la sorpresa de que sea Dujovne y no Sturzenegger quien cambiara las metas. No sólo por la clara señal de falta de independencia del Banco Central, sino porque de ahora en más será él quien tenga que defender ante los mercados las nuevas metas con los mismos argumentos que no le valieron para defender las anteriores en la interna con el ala política del Gobierno. Por eso no faltó quién considerara que Sturzenegger directamente debe renunciar.

LPO le consultó al jefe de Gabinete por la señal que enviaba a los mercados este gesto de falta de independencia habida cuenta de lo caro que resultó para otros bancos centrales, en particular para el de Brasil, en materia de credibilidad en el pasado. Y aunque la pregunta despertó una sonrisa inicial en el rostro de Sturzenegger quien esbozó por lo bajo que "Es así, es un marco institucional", la respuesta al micrófono apuntó al fortalecimiento del rumbo económico.

"Lo que tiene que transmitir esto es previsibilidad, confianza. De vuelta, mirar la película de dónde venimos, a dónde estamos yendo y cómo se han ido cumpliendo los pasos del plan fiscal, el plan monetario y el plan financiero en un rumbo de una economía que se va estabilizando y está creciendo y va generando más oportunidades para los argentinos", aseguró Marcos Peña quien en su balance del año 2017 omitió por completo el desbalance del frente externo que motivó esta decisión.  

"No se cambian los objetivos, no se cambia el rumbo, lo que se está planteando es simplemente una corrección menor en materia de los plazos", agregó el jefe de Gabinete. En efecto el cambio de metas no es antojadizo, se reemplaza cada meta de Prat Gay por el promedio de la banda objetivo de su año anterior. Así para 2018, la meta será del 15% (el centro de la banda de 12 a 17 prevista para 2017), la de 2019 será de 10% (hasta ahora la meta de 2018) y para 2020 será de 5% (originalmente prevista para 2019).    

LPO le consultó al jefe de Gabinete por la señal que enviaba a los mercados este gesto de falta de independencia del Banco Central. Y aunque la pregunta despertó una sonrisa inicial en el rostro de Sturzenegger, la respuesta de Peña apuntó al fortalecimiento del rumbo económico.

Sin embargo, la confianza en el peso se derrumbó. Como explicó LPO, solo en transcurso de la conferencia de prensa, el dólar subió 15 centavos y en el correr de la jornada sumó otros 60, en la mayor suba intradiaria de la gestión de Macri. Y como correlato de esta fiebre por salirse de los pesos, también voló el Mercado de Valores (Merval), donde los inversores apostaron fuerte a los sectores que estaban reclamando la baja de la tasa de interés anunciada para mejorar su competitividad.

Nobleza obliga, no es cierto que en todos los regímenes de inflación sea el banquero central quien enuncia las metas: solo en dos países, en el Reino Unido y en Israel -modelo que es de la simpatía de Dujovne-, lo hace Hacienda. Pero en el resto del mundo lo hace el banquero central habida cuenta de que va a ser él quien tenga que defender las tasas de interés y asuma la responsabilidad de garantizar la estabilidad y el valor de la moneda. Es el modelo sueco de Stefan Ingves, de la simpatía de Sturzenegger.

En muchos casos, se consensúa con la política fiscal para evitar inconsistencias, pero si algo no caracteriza a los regímenes de metas de inflación es la dominancia fiscal, el Tesoro exigiéndole al Banco Central la cantidad de dinero que tiene que imprimir para satisfacer sus necesidades de financiamiento, ni fijándole condiciones de tasa de interés para poder seguir financiándose con el impuesto inflacionario.

A su turno, el ministro Dujovne acotó que cuando Brasil -que también superaba en la práctica por un 25% la meta oficial- cambió su target, lo hizo modificando el punto de llegada y no postergándolo un año. "El caso de Brasil es una situación distinta a la de Argentina porque Argentina lo que está cambiando el sendero de transición hacia la meta final que no está siendo cambiada, mientras que Brasil había modificado la meta final", sostuvo el ministro a la vez que remarcó que "Lo que hacemos es para tener menos inflación, no más inflación".

El último en hablar fue el presidente del Banco Central, quien fue más al hueso de la cuestión al remarcar que la renuncia del Gobierno a partir de 2020 -es decir vencido el primer mandato de Macri- al financiamiento con emisión monetaria "es quizás para el Banco Central la herramienta más importante que ha recibido en muchísimo tiempo para generar credibilidad respecto de sus políticas y, para nosotros, la cosa más importante que está hoy sobre la mesa".

"Básicamente se ha definido el marco del relacionamiento entre el Banco Central y el Tesoro para siempre", enfatizó Sturzenegger.

Para siempre. O hasta que el siguiente ministro de Hacienda decida lo contrario.