Reforma Tributaria

El impuesto a la cerveza, un caso testigo del proceso de decisiones de Cambiemos

Cabrera prometió que no iba a pasar y en Diputados lo aprobaron. El sector espera que Macri lo vete.

El tortuoso recorrido del gravamen de la cerveza es un buenejemplo de cómo funcionan -o no funcionan- algunas cosas en Cambiemos. Cuandoel gobierno presentó su primer proyecto de reforma tributaria elevaba eltributo que paga esa bebida del 8 al 17 por ciento e imponía un 8 por ciento alvino.

La embestida de los gobernadores vitivinícolas liderados porel mendocino Alfredo Cornejo desactivó el tribuyo del vino y atrás vino ellobby de la cerveza que con los argumentos de la Organización Mundial de laSalud -que establece más impuesto a más alcohol- logró que también dejen siefecto la suba para ellos, para no quedar en el contrasentido de aumentar a lasbebidas con menos graduación.

Pero este lunes cuando se empezó a discutir el dictamen dela reforma en comisión, el diputado peronista Diego Bossio volvió a pedir quese aumente el tributo a la cerveza. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne,presente en la comisión lo negó de plano.

Dujovne argumentó en contra de la suba del impuesto a la cerveza y Cabrera directamente prometió que no iba a pasar. En el Congreso los diputados de Cambiemos lo dejaron correr y ahora la industria apuesta a un veto de Macri.

"Habíamosdecidido aumentar los impuestos a la cerveza de 8 a 17%, pero cuando llevamos acero la alícuota de vino nos pareció que quedaba desproporcionada la relaciónentre los impuestos de vino y la cerveza, que son bienes de consumo sustituto,donde con el vino en cero y la cerveza en 17 se generaba un incentivo fiscalmuy fuente hacia el vino en contra de la cerveza, cosa que no se justificadesde el punto de vista de la salud pública, siendo que al cerveza tiene menorgraduación alcohólica que el vino", explicó el ministro.

Peroconscientes de la volatilidad de las palabras, ejecutivos de las dos grandesmultinacionales de la cerveza que operan en la Argentina -InBev y CCU-retomaron las consultas con el gobierno y se llevaron del ministro de laProducción, Francisco Cabrera, una promesa tajante: "No pasa el aumento delimpuesto".

Pero almismo tiempo, en la Cámara de Diputados ocurría algo muy distinto. "Vospresentálo que no lo vamos a trabar", le dijeron a Bossio sus colegas deCambiemos. Y así fue. Lo notable es que a Cambiemos le sobraban los votos paratrabar la suba propuesta, pero acaso haya prevalecido cierta angurria fiscal.La suba del impuesto le representa al Tesoro unos 1.400 millones extras, si esque no cae el consumo por la consecuente suba de precio que experimentará labebida.

"Los deCambiemos siempre hacen lo mismo, cuando no quieren algo te dicen no y cuandopiensan que algo les suma pero no quieren pagar el costo político, te piden quelo presentes", explicó a LPO un diputado opositor.

Macri en su encuentro con inversores en Nueva York, cuando se reunió con el CEO de la cervecera InBev, Carlos Brito.

Macrique vive reclamando inversiones y suele quejarse de la aplastante presiónimpositiva del país, no podía avalar públicamente semejante decisión. Por eso,ahora en el sector sólo les queda una esperanza: que vete el aumento deltributo.

Dehecho, en su último viaje a Nueva York, Macri se reunió con el CEO global deInBev, Carlos Brito, quien no se privó de reclamarle por el posible aumento deimpuestos, justo después que la cervecera había anunciado una inversión multimillonariaen el país.

De hecho, en ese viaje Macri invitó al diputado Bossio y tuvieron un encuentro a solas en el que hablaron por más de cuarenta minutos sobre las reformas tributaria y previsional que el gobierno trata de aprobar por estos días.