Crecen las versiones de renuncia de Burzaco, golpeado por confesión de su hermano

Patricia Bullrich echó a Eugenio Burzaco de la secretaría de Seguridad de la Nación tras una interna que se extendió hasta hoy desde el primer día de gobierno del macrismo.

El ahora ex funcionario es hermano de Alejandro Burzaco, quien está detenido y testificando en Estados Unidos por el escándalo de la FIFA. Ayer Alejandro declaró que Eugenio le dijo que tenía información de que la Policía de Buenos Aires tenía instrucciones de matarlo para que no testificara en Estados Unidos.

"Él supo que instrucciones habían sido dadas a la Policía de Buenos Aires, la más grande del país, de callarme para hacer que fuera imposible que dijera cualquier cosa en Estados Unidos, incluso matándome", testificó el ex CEO de Torneos en el interrogatorio del fiscal Samuel Nitze.

Mientras trascendía esa información, Burzaco se acercó a la Rosada junto a Germán Garavano. Se reunieron con Marcos Peña. Desde hace semanas se habla de que podría ir a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).  Hay versiones que indican que quien podría sucederlo es el subsecretario de Políticas de Seguridad e Intervención Territorial, Darío Oroquieta.

Las declaraciones de Alejandro Burzaco tienen en vilo a toda la política, más aún después del suicidio del abogado Jorge Delhon, uno de los apuntados por el ex CEO de Torneos.

Con esta maniobra, Bullrich se saca de encima una lucha que intentó terminar mucho antes. Para opacar a Burzaco, puesto allí por Mauricio Macri, Patricia había la secretaría de Seguridad Interior, ocupada por Gerardo Milman, que viene a duplicar la estructura del ex jefe de la Policía Metropolitana. Desde entonces se cuestionó en el Gobierno la supuesta superposición de las funciones de Burzaco y Milman.

El mes pasado, la ministra echó a un hombre de Burzaco de un puesto clave: Patricio Frulong, que estaba cargo de la subsecretaría de Inteligencia Criminal. A Furlong lo reemplazará Rodrigo Boninni, el actual Director Nacional de Investigaciones.