Radicalismo

Sanz y Morales disputan el poder de la UCR para lo que queda del mandato de Macri

Está en juego la presidencia del Comité, las jefaturas de bloque y la Magistratura. Los nombres.

Ernesto Sanz y Gerardo Morales pelean cuerpo a cuerpo el control de los principales espacios de poder de la UCR después de las elecciones, cuando deban renovarse las autoridades del Comité nacional y del Congreso.

El mendocino ya movió fichas. Sondeó a Mario Negri como presidente del Comité, pero el cordobés le advirtió que no piensa dejar la jefatura del interbloque, un ámbito de poder y protagonismo ideal para pelear la gobernación de Córdoba en 2019.

Antes de dar nombres, Morales prefiere garantizar su triunfo en Jujuy, donde ganó por estrecho margen en agosto.

Pero su primer mensaje ya lo dio su protegido Ángel Rozas al renunciar como jefe del interbloque Cambiemos del Senado, donde había llegado de la mano del gobernador.

Por su gestión, el chaqueño también integra el Consejo de la Magistratura, donde no se fue y seguirá el año que viene.

Aunque adjudicó su repentina salida a un desplante de Macri en Chaco, algunos de sus pares creen que puedo tratarse de una puesta en escena para victimizarse y sostener su lugar en la Magistratura.

Es que podría ser la única sortija de la UCR en el Senado si en febrero el PRO le arrebata la jefatura del interbloque. Suena fuerte el misionero Humberto Schiavone, amigo de Macri. 

Morales necesita dar señales, porque Sanz no descansa. Le ofreció el Comité a Negri, que está dispuesto a asumir ese cargo pero sin abandonar la jefatura del interbloque.

En la Casa Rosada no entusiasma que acumule tanto poder y echaron a rodar el nombre de José Cano, que retoma a Diputados tras un paso sin pena ni gloria por el demorado Plan Belgrano.

Cano supo tener buena sintonía con Morales en el Senado y ambos resistieron un acuerdo con el Macri en la recordada Convención de Gualeguaychú.

Épocas superadas por Macri y también por ellos. "Me ayudó en mi peor momento. Es una buena persona", dijo Morales en el encuentro radical de Villa Giardino en febrero.

Negri intentará contentar a Cano con la vicepresidencia de la Cámara de Diputados, que dejará vacante la cobista Patricia Giménez.

Pero si la pelea se pone tensa tiene otra carta: Elisa Carrió, que puede destrabar cualquier debate en Diputados, porque tendrá 10 votos a su favor. Además, mantiene buena relación y se hace escuchar en Olivos.

"No creo que Lilita acepte un jefe acusado de corrupción", bromean los diputados cercanos a Negri, que dicen tener de su lado al 80 % de sus correligionarios.

Hicieron el punteo con los que asumirían en diciembre y se lo llevaron a Sanz, para que no pienseen otro jefe de interbloque y lo converse con Macri, que lo escucha como a pocos. 

Institucionalista al fin, el presidente suele recibirlo con los jefes de los bloques y José Corral, presidente del Comité hasta el 4 de diciembre. No imaginan que Negri pueda ocupar dos sillas en esas tertulias futuras. 

Como explicó LPO, el cordobés se guardó otra carta: en complicidad con Emilio Monzó asumió como miembro del Consejo de la Magistratura en reemplazo de Gustavo Valdes, flamante gobernador de Corrientes.

Asegura que está dispuesto a dejar su lugar el año que viene pero si no lo hace ahí quedará. O sea, ya es una moneda de canje más, para continuar siendo jefe del interbloque Cambiemos.

"Es su objetivo principal. Sólo asumirá en el comité por aclamación", repiten los suyos. Tampoco hay tantos candidatos para ocupar la sede de calle Entre Ríos. 

Se anotó Federico Storani, molesto porque echaron a sus protegidos del Ministerio de Defensa, como Ángel Tello y Waler Ceballos. No encontró apoyo, pero lo seguirá buscando.