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En medio de la visita de Obama a la Argentina, Trump complica más el ingreso de biodiésel

Antes de que cerrara la Cumbre de Economía Verde, Estados Unidos resolvió reducir la cuota de biocombustibles.

A pocas horas de que el ex presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, cerrara en la provincia de Córdoba la Cumbre de Economía Verde, la nueva administración del gigante del norte emitió un comunicado que anula las posibilidades de volver a exportarle biodiésel. Desde la aplicación de un arancel provisorio en agosto, Argentina había quedado fuera de su mercado.

La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) publicó este jueves en el Boletín Oficial un comentario respecto de su nueva política de cuotas de corte de las naftas para 2018. A partir del año que viene la cantidad de combustibles de origen vegetal por litro de nafta sería reducida en un monto aún sin especificar.

Es que a diferencia de lo que sucede en el resto del mundo, donde se fija un porcentaje por litro de nafta, Estados Unidos obliga a sus petroleras a agregar una cuota anual de biodiésel a los combustibles de acuerdo a la porción de mercado que tenga cada empresa. En 2017, esta cuota fue de 2.300 millones de galones (8.706 millones de litros) y la industria argentina confiaba poder abastecer el 21%, como venía haciendo hasta 2016.

De reducir la cuota, para abastecer en su totalidad al mercado estadounidense hará falta menos biocombustible y, por lo tanto, habrá menos espacio para las importaciones. Así, las autoridades del país del Norte resolvieron un virtual cierre de su mercado a la producción externa, incluso si se resolviera de forma favorable para la Argentina la denuncia por dumping.  

Fuentes de la industria aseguraron a LPO que este anuncio es 'la confirmación de la clara decisión política de cerrar las importaciones de biodiésel por el medio que sea'.

En agosto, a raíz de una demanda presentada por la Junta de Nacional del Biodiésel (NBB, por sus siglas en inglés), el Departamento de Comercio Exterior a cargo de Wilbur Ross resolvió la aplicación de un derechos compensatorio provisorio que elevó el precio de entrada por arriba del 60%, con lo cual hizo imposible las exportaciones.

Como adelantó LPO, la Cámara Argentina del Biocombustibles (Carbio) y la Cancillería estaban trabajando en forma conjunta para que esta demanda fuera desestimada cuanto antes, a la luz de la sentencia previa de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que falló en favor de la Argentina en una causa similar en la Unión Europea.

Por eso, esta nueva medida de Trump es un baldazo de agua fría para Mauricio Macri, quien mañana compartirá un día de asado, golf y sol junto a Barack Obama en San Miguel. Y también para el ex presidente pro-ecología, que observará un fuerte revés en sus lineamientos de política ambiental. En casa de herrero, cuchillo de palo: mientras Obama predica contra las emisiones de efecto invernadero fronteras afuera, su país aumenta el porcentaje de combustible fósil de sus naftas.   

Según lo difundido por la EPA, con este anuncio el organismo pone en consideración de los interesados -la industria nucleada en la NBB y también las refinerías- si consideran factible bajar la cantidad de biodiésel para el próximo año, habida cuenta que las importaciones el año próximo serán menores.

Fuentes de la industria informaron a LPO que el borrador de este anuncio la EPA lo tenía listo quince días atrás, lo que hace más llamativa la coincidencia de que justo sea dado a conocer para el discurso de Obama en la Cumbre de Economía Verde.

Y también evaluaron que este anuncio es "la confirmación de la clara decisión política de cerrar las importaciones de biodiésel desde Argentina por el medio que sea".

De momento, la medida se le vuelve en contra a la misma NBB: con el cierre de las importaciones, el precio se disparó y la rentabilidad histórica de 9 centavos de dólar por galón estadounidense se elevó a 28 centavos. Si la EPA actualiza los volúmenes anuales de corte de las naftas a la baja, las ganancias extraordinarias con la que soñaba la industria se reducirán en favor de las refinerías, las otras perjudicadas por la resolución de Wilbur Ross.