Ciudad

Se agrava la crisis de hospital Ramos Mejía

Renunció el segundo director en 5 meses en la institución donde fue jefa la ministra de Salud.

El Hospital porteño Ramos Mejía quedó envuelto en una crisis institucional luego que renunciara el segundo director en tan sólo cinco meses.

Alejandro Muñoz presentó su renuncia como director del hospital Ramos Mejía, uno de los principales centros asistenciales de la ciudad de Buenos Aires, luego de reemplazar, en marzo pasado, al también dimitente Eduardo Seoane, quien hasta entonces ejercía como subdirector del nosocomio.

Los cambios de mando en esa entidad ponen en entredicho a una de las características del Sistema Público de Salud de la Capital Federal, la estabilidad y el trabajo con proyección hacia objetivos concretos, pero ese no parece ser el rumbo del Ramos Mejía en los últimos meses, sostienen en la comunidad médica porteña.

Una profunda crisis de funcionamiento queda en evidencia con la renuncia de dos directores en el lapso de cinco meses en lo que va del año. Y es tal el desorden que aún hoy, en la página oficial del gobierno de la Ciudad, figura Seoane como director y Muñoz como "subdirectora médica".

Quien sí fue subdirectora médica, hasta 2015, en el Ramos, es la actual ministra de Salud, quien también fue jefa del Departamento Área Programática. Esas viejas pertenencias parecen estar en la raíz de los problemas de manejo en el hospital.

En los corrillos profesionales que se arman en la zona de General Urquiza y México, en el barrio de Balvanera donde está instalado el hospital, se asegura que "todo el problema parece provenir de la gremial médica interna, que parece jugar un partido diferente al resto de los hospitales de la ciudad"

"Se pretende decidir los destinos del hospital a través de imposiciones permanentes, que se efectivizan utilizando a los jefes de departamento que habrían sido puestos a dedo, en concursos que huelen a arreglados", sostienen.

Justamente Bou Pérez, antes de ser subdirectora, fue una jefa de departamento. Otro dato que llamó la atención en la comunidad del Ramos es que esos titulares de departamentos "tienen cargos extras en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, donde el mismo grupo gremial del Ramos Mejía, teje su tramado político".

La queja más generalizada de los médicos apunta a que "ninguna medida de las que exige este grupo es para mejorar la atención de los pacientes, sino para favorecer intereses que en nada comulgan con el resto del Sistema de Salud" porteño.

Los directores que se vieron obligados a renunciar "lo hicieron porque no toleraron la imposición de medidas que van en contra de los principios del hospital público", afirman, llamativamente, en coincidencia con el 113º aniversario de la institución, que se conmemora hoy.