Eleccciones

Cristina sondea a Massa para controlar el escrutinio

Desconfía del escrutinio, controlado por el Correo y la empresa española Indra. El rol de los fiscales informáticos.

Cristina Kirchner no oculta su preocupación por un posible fraude en las elecciones y planea unir fuerzas con Sergio Massa para controlar que se vuelquen los datos sin errores en las oficinas del Correo Argentino y la empresa Indra, que se quedó con el escrutinio provisorio en una polémica licitación.

Como explicó LPO, la compañía ibérica realiza esa tarea desde 1997 y pudo continuar con Mauricio Macri por gestión de Alejandro Tullio, ex director electoral durante el kirchnerismo y flamante director de Asuntos Públicos del Correo Argentino, cargo al que accedió gracias a sus contactos con Indra y la recomendación del asesor presidencial José Torello.

Di Tullio fue nombrado por el presidente del Correo, Jorge Irigoin, que ocupo el mismo cargo durante la fallida privatización de ese organismo a cargo de la familia del presidente. Como en cada elección, el Correo tendrá la misión de recolectar y almacenar las urnas con los telegramas.

Indra, envuelta en un grave escándalo de corrupción en España, se encarga de volcar los datos en un sistema que se conoce como "escrutinio provisorio", porque el definitivo llega recién cuando cada junta electoral hace sus números finos. 

Cristina está convencida que el Gobierno podría apelar a Indra para quitarle en la noche de la elección algunos puntos, críticos en una elección que se insinúa con bastante paridad.

Tanto el sinuoso proceso de licitación que realizó el Correo, como la decisión de entregarle el escrutinio provisorio a Indra, fue duramente cuestionado por la Cámara Nacional Electoral -máxima autoridad de la elección- que se anticipó a tomar distancia de un proceso que puede terminar mal y aclaró que el "escrutinio provisorio" no tiene ninguna validez legal. Pero es verdad, que sirve para generar estados de opinión determinantes en las horas criticas posteriores al cierre del comicio.

Veterana de elecciones, Cristina sabe que si el telegrama llega con errores forzados a las sedes del Correo los fiscales deben actuar rápido, porque rara vez la justicia electoral abre las urnas si no hubo reclamos airados.

"Está preocupada porque le roben algunos puntos y quiere protegerse junto a Massa. Pero el primer paso será instalar que el Gobierno puede hacer fraude", anticiparon a LPO fuentes cercanas a la ex presidenta.

Cristina conoce de adentro lo que es capaz de hacer Indra, porque durante sus dos mandatos fue esta misma empresa la que estuvo a cargo de los escrutinios provisorios. En aquellos años era Cambiemos quien impugnaba a esta empresa que ahora volvió a contratar. Lilita Carrió fue una de las más enfáticas en denunciarla.

El asesor presidencial José Torello, jefe político de Di Tullio, el contacto del gobierno con Indra.

En el Frente Renovador desconocen contactos con el kirchnerismo pero diseñan estrategias para protegerse de cualquier picardía.

La principal, que ya aplicaron en 2015, es poner fiscales informáticos en las sedes del Correo, para cotejar que se carguen los datos correctamente.

Es que por más custodia acumulada en las escuelas, si los empleados de Indra se "confunden" con las cifras cargadas el resultado puede variar y modificar tendencias en la justicia no es una tarea sencilla.

La pelea no es sólo por los votos de los legisladores nacionales, sino también por las listas locales, cuyo recuento en la justicia demora semanas por las cuantiosas denuncias de fraude que suelen acumular.

Cada voto vale mucho: en los distritos populosos se obtienen concejales con 8.33 puntos y se acumulan bancas si se duplica esa cifra. 

En la Junta Electoral bonaerense saben que es muy habitual que listas opositoras siempre pierden concejales por pocos votos. Cristina no quiere entrar en esa lista. Y Massa tampoco.