Elecciones

Preocupación en Cambiemos por la dificultad de pasar los votos de Vidal a Bullrich

La Justicia ya sentó un precedente que impide meter en la boleta el nombre de la Gobernadora.

No es un buen momento para Cambiemos en la campaña. Las encuestas muestran el ‘talón de Aquiles' del gobierno y los consultores hacen malabares para medir a los candidatos que eligieron Mauricio Macri y María Eugenia Vidal.

El trasfondo del problema es que la famosa transferencia de votos de la gobernadora a Esteban Bullrich y Graciela Ocaña no está dando los frutos esperados. Es la premisa sobre la que se basó toda la estrategia de Jaime Durán Barba junto con la polarización, para abordar la elección crítica del mandato de Macri.

En cambiemos empezaron a constatar que centrar la campaña en Vidal es sencillo, pero traspasar su intención de voto a candidatos como Bullrich, Ocaña y Gladys Gonzáles que todavía tienen en la provincia importantes márgenes de desconocimiento, es bastante más complicado.

El consultor político, Hugo Haime, detalló este martes en el programa de Carlos Pagni la dificultad. Explicó que en sus mediciones un 32% asegura que va a votar a los candidatos del gobierno. Pero cuando pregunta por Esteban Bullrich le da 26 puntos. Ahora, si pregunta aclarando que Bullrich es el candidato del gobierno le vuelve a dar 26 puntos. Es decir que no está resultando la trasferencia de votos del gobierno a sus candidatos.

¿Si la transferencia de votos ya no funcionaba con el peronismo, por qué habría de funcionar en Cambiemos?, se preguntó el consultor Hugo Haime, que tiene a Bullrich seis puntos por debajo de Cristina Kirchner.

Haime sostuvo que ese intento de transferencia es parte de la llamada vieja política. "Si ya no funciona en el peronismo, ¿por qué funcionaría con Cambiemos?", dice.

En los números de Haime hay una diferencia importante entre Cristina Kirchner y Bullrich. Según los sondeos que plasmó en el programa, la ex presidenta ronda los 32 puntos, mientras que los candidatos del gobierno están en 26 puntos. Apenas más abajo aparece Sergio Massa con 24 y Randazzo con 6.

La casi paridad que existe entre Massa y Bullrich viene a derribar otra de las premisas del escenario electoral que trazó Durán Barba, al punto de complicar la posibilidad de un acuerdo con el peronismo racional: La polarización con la ex presidenta.

Para los consultores no está siendo fácil medir a los candidatos de Cambiemos. Un trabajo de Aresco, la consultora de Julio Aurelio, publicado este martes en Clarín.com sostiene una relativa paridad entre Cristina y Bullrich. La ex presidenta consigue 32 puntos y el ex ministro de Educación 30.

Sin embargo, hay un detalle importante que el consultor deja plasmado en una pequeña nota al pie que puede verse en la placa de su trabajo. "La intención de voto del Frente Cambiemos incluye la estimación del impacto apoyo de Macri y Vidal a su candidatura", se lee. Traducido: se está preguntando por los candidatos de Macri y Vidal y no por Bullrich.

En rigor el problema de la trasferencia de votos es una constante en la corta historia del PRO. En 2009, Gabriela Michetti hizo una de las peores elecciones de ese partido con apenas el 31% de los votos. Lo mismo ocurrió en 2015 con Horacio Rodríguez Larreta quien ganó la pulseada del ballottage por apenas tres puntos sobre Martín Lousteau. En esos momentos la imagen de la gestión porteña de Macri superaba el 60 por ciento de aprobación.

En Cambiemos relativizan el problema. "El que quiere votar a Cambiemos va a encontrar la boleta en el cuarto oscuro aunque no esté ni Macri, ni Vidal", explican. Es que la posibilidad de incluir una foto del Presidente y la Gobernadora en la papeleta parece descartada.

Massa intentó estampar su nombre en la boleta de Tombolini en Capital y la justicia electoral se lo negó. Fue una jugada preventiva: Buscó generar el antecedente judicial para evitar una movida similar de Vidal en provincia.

Hay un motivo para eso. A principios de julio, la jueza electoral María Servini prohibió que la foto de Sergio Massa y Margarita Stolbizer apareciera en la boleta de la alianza ‘Avancemos hacia 1 País Mejor' para las elecciones en la ciudad de Buenos Aires. Servini hizo lugar a una impugnación de los apoderados de Unidad Porteña -la alianza del peronismo y el kirchnerismo en la ciudad- y de Evolución, el partido de Martín Lousteau.

Lo interesante es que lejos de manifestar disconformidad con la decisión de la jueza, desde el entorno de Massa festejan ese fallo toda vez que sienta un precedente importante para que ni Macri ni Vidal puedan estar en las boletas de Cambiemos.

En Cambiemos no desconocen la situación y por eso, como anticipó en exclusiva LPO, Vidal hizo a un lado sus recelos con Lilita Carrió y le dio centralidad en la campaña bonaerense para que la ayude a intentar con equilibrar la fuga de votos que sufre el oficialismo en el sur del Conurbano. la decisión acaso contiene una sutil autocrítica al veto que en su momento la gobernadora impuso a una candidatura bonaerense de la diputada.

El otro problema, revelado por este medio, es que la candidatura de Randazzo, alentada y sostenida por la Casa Rosada, lejos de sacarle votos a la ex presidenta, estaría traccionando votantes filo peronistas de Cambiemos desencantados, el mismo público que salió a morder Massa a través de un spot de Felipe Solá.

En ese marco, la mesa chica de Cambiemos se decidió por fin a avanzar con un acto de campaña. Quizás una de las principales espadas de los partidos tradicionales.

Previsto para este miércoles en Lanús y Vidal, Bullrich y Graciela Ocaña serán los principales oradores. El acto sorprendió incluso dentro de Cambiemos toda vez que la alianza oficialista había evitado un lanzamiento formal de la campaña y por contraparte, propuso encadenar timbreos, una marca de la campaña del PRO, que hasta ahora no entregó los resultados esperados.