Diputados

De Vido ignora el escándalo de Odebrecht y cita a directivos de YPF a Diputados

Llamó a una reunión informativa sobre la comercialización de combustibles. Indignación en Cambiemos.

Julio De Vido se siente impune: mientras Germán Garavano viajó a Estados Unidos para buscar información sobre las coimas que la constructora brasileña Odebrecht confesó pagar en Argentina, el ex ministro citó a directivos de YPF a la Comisión de Energía y Combustibles de Diputados, que preside con la complicidad de Cambiemos.  

La reunión es "informativa" pero alcanzó para sorprender a los diputados oficialistas, que suelen ignorar sus convocatorias.

El llamado figura en el registro oficial de la Cámara y confirma que De Vido invitó para el martes a "representantes de la Empresa YPF S.A" para hablar sobre "el régimen de comercialización de combustibles".

Al ex ministro ni siquiera lo inquietó que cualquier invitado pueda recordar loa polémicos contratos de compra de combustibles que hacía con la intermediación Enarsa, que le provocaron una feroz disputa con Axel Kicillof al final de su gestión.

Cuando estaba a cargo de YPF, Miguel Galuccio, solía titubear cada vez que le preguntaban por el costo de los barcos que aún descarga gas licuado en los puertos de Bahía Blanca y Escobar. "Yo me dedico a las inversiones", se escapaba. 

No son pocos en Cambiemos los que no entienden como De Vido pudo salir ileso de la cacería de funcionarios kirchneristas que hubo al comienzo de la gestión de Macri y dejó en la cárcel a su ex secretario de obras públicas, José López.

"Claro, José estaba en el día a día; y Julio en los contratos", bromeaban los kirchneristas que lo frecuentaban en tiempos de poder.

Las coimas de Odebrecht deberían complicarlo, porque según los empresarios brasileños fueron pagados durante su gestión y para ganar contratos en licitaciones públicas. Pero De Vido no tiene ganas de esconderse y juega una carta que tal vez es la que tiene cada vez que lo aprietan: su relación con las constructoras, algunas cercanas al presidente. 

De hecho, uno de los contratos de la brasileña fue para el soterramiento del ferrocarril Sarmiento, en una UTE junto a  Ghella y Iecsa, que el marzo el empresario Marcelo Mindlin le compró a Ángelo Calcaterra, primo del presidente. La justicia allanó todas estas compañías esta semana. 

Aunque en su comisión casi ni lo saludan (el único de Cambiemos cordial con él es el ex Greenpeace Juan Carlos Villalonga), De Vido consiguió una impensada ayuda del oficialismo: los diputados radicales frenaron un cambio de la ley de fueros que permitía allanar su domicilio.

Ya había sido acordado con el massismo, pero nunca se trató. En la UCR advirtieron que algún trasnochado podía inventarle un allanamiento y no tenía sentido arriesgarse, si en definitiva De Vido termina protegido de alguna manera.