Atucha

Cuestionan el silencio oficial tras el envenenamiento con radiación de un sindicalista de Atucha

Damián Straschenco mantenía una tensa relación con la empresa que opera la central nuclear.

El envenenamiento con radiación denunciado por un sindicalista que trabaja en Atucha deja al descubierto una peligrosa fuga de agua pesada en esa central nuclear.  Desde el gobierno nacional y provincial evitaron hacer comentarios. Por eso, desde el bloque de diputados nacionales del Frente para la Victoria lamentaron el "silencio absoluto" del gobierno.

El secretario adjunto del Sindicato de Luz y Fuerza de Zárate, Damián Straschenco, dijo ser envenenado con niveles de radiación superiores a los que admiten los protocolos de seguridad para cinco años de exposición. Se trata de un caso sin precedentes que investiga el juez federal de Campana, Adrián González Charvay.

Straschenco mantiene una situación tensa con la empresa. En marzo del año pasado denunció persecusión sindical con acusaciones de faltas a su lugar de trabajo.

"La empresa me comunicó oficialmente que recibí 132 milisieverts (unidad que mide dosis radiactivas)", dijo Straschenco, en alusión a Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NASA), la compañía que gestiona las tres centrales nucleares del país.

Straschenco mantiene una situación tensa con la empresa. En marzo del año pasado denunció persecusión sindical con acusaciones de faltas a su lugar de trabajo. 

"El atentado ocurrió mediante la introducción de componentes radiactivos en la botella" de agua que utilizaba Straschenco para beber en su oficina en Atucha, "un hecho que en ningún caso pudo ser accidental", señaló el dirigente de Luz y Fuerza, uno de los gremios que actúan en Atucha, según un comunicado que difundió esa organización.

El mismo día, cuando se disponía a salir de la planta, los portales de seguridad dieron la alarma y dos días después se estableció que la botella había sido contaminada con radiactividad mediante la introducción de agua pesada "que sólo se encuentra dentro del reactor", puntualizó.

Se trata de un caso sin precedentes en los 60 años de energía nuclear en argentina. Según explican, el elemento que se encontraba en la botella de Straschenco nunca podía haber salido de la zona radiológicamente controlada. "Se trata de agua pesada que sólo se encuentra dentro del reactor", agregan.

"Bajo ningún punto de vista pudo llegar accidentalmente a mi botella, ni tampoco debería haber salido de un edificio que cuenta con protocolos de seguridad y que está a más de 200 metros de la oficina en la que trabajo", dijo.