Randazzo aprovecha la furia de los intendentes para acercar movimientos sociales K

Florencio Randazzo tomó el desplante de los intendentes a La Cámpora como una oportunidad para sumar aliados y el primer paso fue hacer sonar el teléfono de los movimientos sociales kirchneristas enemistados a La Cámpora.

Ya tiene hace tiempo bajo sus filas al Evita, uno de los promotores de su candidatura. Y el jueves cerró el Movimiento Unidad Popular (MUP), liderado por Federico Martelli, con pretensiones electorales en La Plata y militantes por todo el conurbano.

Martelli fue uno de los invitados el año pasado al Instituto Patria para una reunión de Cristina Kirchner con militantes sociales que copaban los patios de la Casa Rosada en su presidencia, como el movimiento Octubres, 26 de julio, Descamisados y Martín Fierro.

"Massa no es nuestro enemigo. Es un campañero que se fue", les dijo esa vez, cuando empezaba a promover la idea de una unidad peronista para enfrenar al Gobierno en las legislativas. También les pidió no prestarle atención "a los gurkas" como La Cámpora. 

Pero el tigrese siguió su propio camino sin volver a tocar la puerta y la agrupación de Máximo Kirchner sigue espantando peronistas, como ocurrió el martes cuando quiso mezclar intendentes con Luis D'elía y Amado Boudou. 

Ninguna de estas organizaciones se había expresado sobre la interna bonaerense, hasta que el martes el MUP decidió que con La Cámpora al frente, era preferible apostar todo o nada a Randazzo. Martelli lo visitó el jueves y se sumó a su aventura.

El ex ministro ya había recibido al resto de las organizaciones la semana pasada para garantizarles que competiría en la interna del PJ, ante los rumores de una posible lista propia por fuera del partido.

Con La Cámpora pelándose con los intendentes cristinistas, Randazzo encontró el momento para confirmarse peronista y candidato. Pero las encuestas todavía no le prometen mucho. Y necesita aliados.