INCAA

Exclusivo: La feroz interna en el gabinete detrás de la caída de Cacetta

La filtración de las acusaciones buscó desestabilizar a un ministro. La voluntad de Quintana de ser "político".

Lacaída de Alejandro Cacetta sigue envuelta en un mar de versiones cruzadas sobrelos verdaderos motivos de su expulsión del Instituto Nacional de Cine y ArtesAudiovisuales (INCAA).

Sinembargo más allá del supuesto plan para ajustar el gasto del Instituto otransparentar y abrir el reparto de subsidios, lo cierto es que el detonantedel despido del ex ejecutivo de Patagonik fue una típica guerra de palacio quese descontroló.

Elprimer indicio lo dio el cineasta macrista Juan José Campanella, cuando dijoque Cacetta cayó por una "horrible y torpe opereta".

En basea tres fuentes al tanto de lo sucedido, LPO pudo reconstruir lo que ocurrió. Eldrama se embarca en la ambición del titular del sistema de medios públicos,Hernán Lombardi, de absorber el área de Cultura para recrear de alguna manerael cargo que tuvo durante el gobierno de Fernando de la Rúa: ministro deCultura y Comunicaciones.

En estecaso, Lombardi no pretende absorber el área de Prensa que maneja Jorge Grecco,porque sabe que eso sería chocar de frente con Marcos Peña; ni tampoco elministerio del radical Oscar Aguad, más enfocado en el tema de la telefónicas ylos cables. Un bocado demasiado grande.

Lombardi está explicando a Quintana los secretos para pasar de ser un empresario exitoso a un político profesional, un camino que el radical recorrió hace décadas y que hoy tienta al dueño de Farmacity.

El plande Lombardi, explicaron las fuentes a LPO, tiene su lógica. Es fusionar bajo unmismo comando la política cultural y la administración de los medios públicos,que ya tiene a su cargo, al igual que la feria Tecnópolis y el CCK. No es descabellado y es muy probable que de esa manerase podría alcanzar una sinergia más efectiva en el despliegue de una políticacultural y comunicativa.

Elproblema es que el actual ministro de Cultura, Pablo Avelluto, pasa por un buenmomento con Marcos Peña -su verdadero jefe-, luego de algunos choques con susegundo, Enrique Avogadro, amigo personal del jefe de Gabinete.

Sieventualmente Lombardi absorbiera Cultura, ya tiene la persona para ocupar elsillón: su eterna mano derecha, la eficiente Gabriela Ricardes. Pero mucho másimportante que el plan, es el aliado que consiguió Lombardi.

Elaliado

Elpoderoso vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, ha decidido que se va aconvertir en "político". Reniega cada vez que lo tildan de CEO o "técnico" yexplica que ahora va a ser político. Esto lo pudieron escuchar de viva voz losdiputados del macrismo en la cena que tuvieron con Marcos Peña, Quintana yLopetegui hace unas dos semanas.

"Yono creo en la división entre política y gestión. Ya me considero unpolítico", se jactó en ese encuentro Quintana.

En esamutación de CEO a "político", el vicejefe de Gabinete encontró un sherpaexperimentado: Lombardi. El titular de los medios del Estado hace décadas quedio ese salto, así que conoce bien como pasar de exitoso empresario a político.Fue así que cerraron filas. Lombardi le enseña a Quintana los secretos de lapolítica y el vicejefe lo apoya en la siempre sinuosa interna del palacio.

El viceje de Gabinete, Mario Quintana.

En esemarco, fue que se produjo la salida de Cacetta. Un abogado consiguió a travésde un pedido de acceso a la documentación todos los expedientes decontrataciones y subsidios del INCAA. Luego de estudiar una porción -todavía lequeda material sin leer- detectó irregularidades para hacerse un pic-nic.

Esematerial se lo llevó al ministro Avelluto, que se limitó a llamar a Cacettapedirle que lo vaya ordenando y se olvidó del tema. Un mes y medio después todoseguía igual.

Campanella con Marcos. El jefe de Gabinete almorzó este miércoles en la Casa Rosada con el cineasta, que luego de sus furibundas críticas por el despido de Cacetta, entró en un profundo silencio. No hubo declaraciones tras la reunión.

Elabogado accedió entonces a Lombardi y a través suyo a Quintana -que tiene bajosu área la supervisión de Cultura-. Y aquí viene lo más delicado: Las fuentesconsultadas coinciden que desde esas alturas se filtró la documentación alprograma Animales Sueltos donde el periodista Eduardo Feinmann se hizo unfestín.

¿El objetivo?Por supuesto hacer volar por el aire a Cacetta, pero acaso más importante dejarexpuesto a Avelluto por su inacción. Que fue real. 

Por eso, una vez que se produjo la renuncia de Cacetta, el vicejefe Quintana se cuidó de aclarar a los medios que él no lo había echado, sino que se trató de una decisión de Avelluto.

Losnegocios

En elmáximo nivel de la Casa Rosada detectaron que por acción u omisión, Cacettapermitió que subsistiera una estructura que vinculan con la productoraTochineki de los peronistas Fernando "Chino" Navarro y Jorge "Topo" Devoto, exmarido de la investigada ex directora del INCAA, Liliana Mazure.

Enespecial vinculan al "Topo" con el estratégico gerente de Administración, RaúlSeguí, que cortaba el bacalao en el INCAA y cayó junto a su par de RelacionesInstitucionales, Rómulo Pullol; y al titular de la Unidad de Auditoría Interna,Rolando Oreiro, hace 48 horas.

Este trío que al parecer conocía el lado amable de lossubsidios y las compras, había hecho buenas migas con Sergio Bartolucci, jefede Gabinete de Cacetta, que se mantenía al margen de conversaciones incómodas.

La demora de Cacetta en echarlos fue la excusa paradetonarlo. Pero la jugada terminó saliendo mal en muchos sentidos. Luego delescándalo, Avelluto los echó y Macri lo felicitó este martes en público. Demanera que lejos de desestabilizar al ministro, se lo terminó fortaleciendo.

Y por otro lado, el gobierno se ganó el repudio, la furia yla sospecha de casi la totalidad del mundo del espectáculo, logrando el milagrode unificar en su contra a artistas kirchneristas, radicales, peronistas yhasta macristas, más los dos únicos directores de cine argentinos contemporáneosque ganaron un Oscar, Campanella y Puenzo; y hasta estrellas internacionalescomo Viggo Mortensen.