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Foco rojo en los lácteos: La Serenísima se achica y SanCor a punto de caer

Mastellone cerrará una planta en Rufino. En la cooperativa denuncian cheques sin fondos y atrasos en sueldos.

La crisis que atraviesa desde hace varios años el sector lácteo pareciera no encontrar un final. O, mejor dicho, sí. Es que en las últimas semanas aparecieron novedades que, de concretarse, cambiarían para siempre el escenario de negocios en la lechería.

La última noticia fue que Mastellone Hnos., que maneja la marca número uno del país "La Serenísima", anunció por medio de un comunicado que a fines de julio cerrará una planta clasificadora de leche cruda en Rufino, en la provincia de Santa Fe.

La decisión empresarial se tomó en el marco de una "reorganización productiva" de la compañía a partir de que a fines de 2015 el grupo alimenticio ARCOR tomara control por apenas u$s 50 millones del 25% de las acciones de la firma láctea familiar.

Si bien la clausura de dicha planta santafesina no significa un gran cambio interno para la empresa (dado que representa una unidad de negocio menor con 17 empleados que serán reubicados), lo cierto es que marca de alguna manera la feroz crisis del sector.

Esto se vio reflejado en el comunicado al que accedió LPO: "Lamentablemente, durante los últimos años, la conjunción de varios factores provocó una caída en la producción, afectando el nivel de actividad en general y de la empresa en particular", apuntaron.

Los factores a los que hizo mención La Serenísima son, ni más ni menos, el estancamiento en la producción de leche en los últimos 20 años; la competencia con empresas que operan en la marginalidad; y las sucesivas y recientes inundaciones.

En este contexto, y contrariamente a lo que la mayoría de los dirigentes del sector pensaron cuando asumió Mauricio Macri en diciembre de 2015, la producción de leche el año pasado cayó un 13% pasando de 11.000 a 9.500 millones de litros.

Es que una vez que se hicieron cargo del Ejecutivo hace poco más de un año, lo concreto es que la crisis superó ampliamente los diagnósticos que se hicieron en la Fundación Pensar y los funcionarios a cargo del área no supieron dar respuestas a los tamberos.

Por eso mismo, si bien Confederaciones Rurales (CRA) apoyó a Macri, fue muy dura cuando tocó el tema: "En lechería, la política ha sido la falta de política", disparó la entidad que conduce Dardo Chiesa en un misil al subsecretario Alejandro Sammartino.

La crisis de SanCor

Por otra parte, las máximas autoridades de SanCor dejaron trascender que están gestionando un crédito millonario, provisto por un consorcio de bancos, para intentar regularizar el rojo financiero que tiene actualmente la empresa.

En junio de 2016 SanCor cerró su balance anual con pérdidas del orden de los $ 2421 millones, una cifra muy superior a la registrada durante los ciclos -que ya habían sido críticos- 2014 (-$ 447 millones) y 2015 (-$ 263 millones).

Al respecto, el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, dijo que "creemos que la empresa tiene que tener un proceso de reestructuración. Estamos dispuestos a ayudar, siempre y cuando se dejen ayudar, y esto es a través de una reconversión".

El tema es que en las últimas semanas tamberos, cooperativas y pooles lecheros comenzaron a retirar parte de la leche remitida a SanCor ante la incertidumbre generada por la situación financiera de la empresa, según publica el sitio valorsoja.com.

En lo que va del presente año SanCor libró cheques sin fondos a proveedores por $ 280 millones, de los cuales $ 17,5 millones ya fueron levantados con nuevos cheques de pago diferido, según registros del Banco Central (BCRA).

Además, un punto más que importante es que la compañía láctea también registra atrasos en los pagos de salarios con una planta permanente de 4000 empleados que perciben un sueldo promedio mensual de unos $ 40.000.