Cambiemos

Molesto con Macri y Marcos Peña, Lousteau ya piensa en volver y competir

El embajador cree que hoy “no tiene más alternativa” que enfrentar al PRO en las elecciones porteñas.

La frustración es evidente. Martín Lousteau no puede creerque Mauricio Macri no se ponga por encima de la pelea porteña y lo habilite adisputar la candidatura a diputado nacional por la Ciudad en una primaria deCambiemos, que en definitiva terminaría ampliando su volumen electoral en eldistrito.

“Está pasando lo mismo que las últimas dos veces”, selamenta el embajador argentino en Washington. Los recuerdos son amargos. Cuandodio su primer paso en la política electoral, también negoció con el PRO, hastaque Marcos Peña le soltó una frase que sólo le dejó margen para la ruptura:“Vos al Pro no le suman un voto”. La tiene grabada a fuego.

Esa vez terminó cerrando una lianza con Lilita Carrió y PinoSolas en Unen y le dio un buen susto al PRO, desplazando al kirchnerismo delsegundo lugar y quedando apenas a dos puntos del macrismo (32% a 34%).

Dos años después la situación se repitió: Esta vez el propioMacri, en una reunión realizada en su casa, le dijo a Lousteau: “Martín no teconviene ser candidato, no medís”. La historia es conocida, Horacio RodríguezLarreta terminó transpirando en un ballotage que ganó por un punto y medio.

Ahora, otros dos años después, la historia se repite. “Nomedís más de veinte puntos”, lo maltratan desde la Presidencia. Pero cerca deLousteau dan vuelta la chicana: “Okey, 20 puntos son seis legisladores y tresdiputados nacionales”. Esa es la base de una eventual negociación. El pedido,obvio, es imposible de procesar para el Pro por sus propios equilibriosinternos, pero sobre todo por un tema estratégica: Ese número dejaría a Lousteaucon un bloque de 10 legisladores. Demasiado para un socio-rival que tiene como norte,gobernar la Ciudad.

Los fantasmas que agita el PRO para hacerlo desistir: las eventuales candidaturas de Alfonso Prat Gay o Lilita Carrió, no lo asustan. El economista es en ese sentido una rara avis en la política argentina: No tiene problemas en enfrentar internas o elecciones generales y perder. De hecho, ya enfrentó a Carrió en aquella primaria de Unen.

“Pareciera que no están quedando muchas alternativas acompetir”, suele repetir el embajador. Contra lo que se dice, la presión parasu regreso no es doméstica. Su mujer, la actriz Carla Peterson, logró acomodarsu carrera: No filma tiras, pero si películas. En febrero regresa a BuenosAires a filmar la próxima. Y se sabe que Washington tiene ventajas para unapareja con niños chicos: Escuelas públicas de excelencia, mucho verde,seguridad y un ritmo amable.

Lo que acaso sí influye es el nuevo clima político: Ya no setrata de codearse con el progresismo cool de los Obama. “Aunque no seacandidato tiene que volverse, ahora la relación es con un gobierno que quiereconstruir muros y justifica la tortura”, explicó a LPO un dirigente interesadoen el proyecto político que lidera el embajador.