Gobierno

Alivio y autocritica en el Gobierno tras el acuerdo por Ganancias

En el Ejecutivo admiten una mala estrategia. Qué pidió Macri, que brindó con champán después de operarse.

Mauricio Macri se tomó una copa de champán con los periodistas acreditados en la Rosada apenas dos horas después de someterse a una cirugía en la cuerdas vocales. El presidente no quería perderse el festejo después de semanas de una durísima pelea con la oposición por el impuesto a las Ganancias.

Según informó Presidencia, a Macri le hicieron una microcirugía láser al mediodía para “reseccionarle” un pólipo en la cuerda vocal izquierda que le provocaba una disfonía “ante el uso intensivo y abusivo de la voz”. La disfonía se hizo pública, casualmente, el día después de que se aprobara la media sanción del proyecto de Ganancias acordado por el peronismo.

Por esas horas circulaban por los pasillos de la Rosada 21 gobernadores y empresarios de la talla de Paolo Rocca de Techint, entre una feria de alumnos de tercer grado que el ministro de Educación, Esteban Bullrich, hizo montar en el patio de las palmeras.

A las 14.30, Macri se hizo presente en el comedor presidencial para el brindis con la prensa junto a Marcos Peña, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui.

Con un tono apenas audible y mientras sus asesores le recomendaban que no hablara, el presidente reconoció que su primer año de gestión "no ha sido un año fácil". De todos modos, Macri resaltó que "ha sido positivo" desde el punto de vista de los logros en "convivencia y respeto".

“Todavía falta mucho por hacer, pero es bueno porque los argentinos no nos rendimos", dijo el presidente.

Macri expresaba el mismo alivio que el resto de sus principales funcionarios, que a principios de diciembre creían que la oposición les propinaría la peor derrota del año.

En la cúpula del Ejecutivo no tomaron como un triunfo lineal el acuerdo confirmado esta tarde con 22 provincias: cerca de Macri admitieron a LPO que deberían haber cerrado con la CGT antes que nada y se podrían haber evitado un mes de zozobra.

Por la falta de una estrategia, como la que finalmente exhibió el Ejecutivo para acordar con gobernadores y gremios, el gabinete debió ir a la casa de Massa y a la sede de Sanidad para evitar una catástrofe, dos señales nítidas de debilidad.

Una alta fuente del Ejecutivo señaló a este medio que Macri les pidió que hicieran respetar el Presupuesto que se había votado con amplio consenso días antes de que la ley del peronismo se aprobara en Diputados.

“La ley de presupuesto define la relación entre el Estado y la sociedad y durante 20 años estuvo dibujada”, indicaron las fuentes y admitieron que Macri enfureció cuando le quisieron “destruir” el presupuesto con la ley de Ganancias.

Una vez iniciado el diálogo con los gobernadores, Macri les pidió a sus delfines que cerraran como fuera con las provincias. En ese sentido este martes el Gobierno garantizó que las provincias no absorberán el costo extra del acuerdo sellado con la CGT que subió 7 mil millones de pesos el costo fiscal al determinado en la “ley de leyes”.

Así como durante la derrota parcial se tiraban culpables entre la Rosada y el Congreso, por estas horas en el Gobierno algunos funcionarios se ufanaban del éxito final. El ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, se sumó a la conferencia de prensa de esta tarde junto a Frigerio y los gobernadores para celebrar el acuerdo, pese a que el proyecto que envió sin atractivos para la clase media, le abrió al Gobierno la disputa con los gremios.

“Para que haya una comprensión cabal, esto arrancó con un acuerdo con los ministros de Economía de las provincias antes de enviar el Presupuesto”, indicó Prat Gay. Llamativamente, quien había logrado el acuerdo con los ministros provinciales fue Frigerio en un encuentro al que Prat Gay faltó. Estaba en Colombia, corrido por Macri de las negociaciones y peleado con los ministros provinciales.