China

China se endurece con Macri y le pone exigencias para financiar nuevas obras

Las gestiones por más préstamos chocaron con un ultimátum chino por la indefinición de la central Belgrano II.

La creciente inquietud que sobrevuela en la administración macrista porla demora que registran las tan promocionadas y anunciadas inversiones eninfraestructura sumó un nuevo motivo de preocupación proveniente de China.

Las gestiones oficiales desplegadas en los últimos quince días por elsubsecretario de Relaciones Financieras Internacionales, Félix Martín Soto, conel fin conseguir nuevos financiamientos para cuatro proyectos energéticoschocaron con una inesperada negativa de las autoridades del Eximbank y de losrepresentantes del gobierno de China.

Con el visto bueno del presidente, Mauricio Macri y del ministro deHacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, Soto fue a golpear las puertas delEximbank y del gobierno chino en busca de “créditos preferenciales” para poderponer en marcha los proyectos energéticos de la Central Hidroeléctrica ElTambolar—adjudicada al consorcio de Techint y Panedile, con la participación dePower China—, la ampliación del parque eólico Arauco en La Rioja, lainstalación de un parque solar en Jujuy y la represa neuquina Chihuido, a lacual se le cayó el financiamiento que tenía de Rusia, como anticipó LPO.

Las gestiones del subsecretario Félix Soto para conseguir nuevos créditos se toparon con una pared: El gobierno de China quiere que se reactive la obra de la central Belgrano II que costará u$s 1.122 millones y ganó el grupo CNTIC.

Ante el planteo del funcionario local, tanto el Jefe del Eximbank enAmérica Latina, Yang Jing, como el embajador chino en Buenos Aires, YangWanming respondieron con una especie de ultimátum: antes de negociar nuevosfinanciamientos, el gobierno argentino debe resolver que hará con el crédito comercialque tiene preacordado desde 2015 para la construcción de la central térmicaManuel Belgrano II (CTMBII).

Se trata de un préstamo del Eximbank enmarcado en la asociaciónestratégica entre ambos países por 1.122 millones de dólares para financiar el85% del monto total de la usina bonaerense.

La ejecución de la obra y la provisión de los equipos había sidoadjudicada el año pasado por la administración kirchnerista a un consorcio lideradopor el grupo chino CNTIC que lleva como socia a la desprestigiada firma kirchneristaElectroingeniería.

Prat gay negocia en el Palaciod e Hacienda con una delegación de funcionarios chinos.

La CTMBII es una central de ciclo combinado proyectada en la zona deCampana que prevé aportar al sistema eléctrico una potencia de 810 MW.

Como casi todas las licitaciones de grandes obras que vienen de la eraK, la correspondiente a la CTMBII arrastra una historia polémica.

El proceso licitatorio había arrancado a fines de 2011 y recién un añodespués, en noviembre de 2012, se procedió a la apertura de las dos ofertas queestaban en juego: una de Electroingeniería por 4.589 millones de pesos y laotra, de la dupla IECSA-Isolux por 5.221 millones de pesos.

En agosto de 2014, la empresa estatal Enarsa le adjudica la usina quehabía sido licitada bajo el esquema tradicional de “obra pública llave en mano”a Electroingeniería.

Pero casi de inmediato y con el aval del entonces ministro de Economía,Axel Kicillof, la firma cordobesa que manejan los empresarios K. Gerardo Ferreyray Osvaldo Acosta arrimaron una propuesta de financiamiento de China por el 85%del proyecto que estaba condicionada a la cesión mayoritaria del contrato algrupo CNTIC.

El cambio y el ingreso de los chinos fue aprobado por el directorio deEnarsa en junio de 2015 y tras el pago de un anticipo financiero de 103 millonesde pesos se iniciaron las negociaciones entre el ministerio de Economía y elEximbank de China para acordar la letra chica de la asistencia crediticia.

Luego del desembarco macrista en la Casa Rosada, la nueva conducción deEnarsa encabezada por Hugo Balboa decidió congelar el proyecto, pese a que laempresa estatal ya había adquirido en Campana y a cambio de 5 millones dedólares el predio para construir la usina.

Si bien el Eximbank chino y la cartera de Economía habían reanudado lasnegociaciones a mediados de este año, los funcionarios locales no mostraronmayor interés en acelerar los trámites pendientes del crédito para la CTMBII.

Pero ahora, el emplazamiento de los funcionarios chinos obligará alGobierno a afrontar el costo político de aceptar o rechazar ese préstamo. Si lotoma, estará convalidando la cuestionada actuación de la administración K. Y silo deja caer, demorará más de la cuenta las nuevas negociaciones que tiene encarpeta para que China siga financiando obras energéticas y de infraestructura.