Los punteros más poderosos

Guillermo Villar y Marcelo Chancalay, los punteros de las villas 21-24 de Barracas y la 20 de Lugano.
Villar, el paraguayo de la 21-24

Guillermo Villar es paraguayo y líder político de la Villa 21-24. Allí, desde su presidencia de la Mutual Flor de Ceibo creada para administrar las tierras y sostenida en el aporte directo de los vecinos de la villa, conduce los hilos y los destinos de todo lo que pasa en esa villa.
Esa mutual estaba facultada para recaudar el pago de las cuotas por los terrenos, y administrar la adjudicación y construcción de futuras viviendas, luego de un plan de urbanización en el gobierno de Carlos Menem, con Carlos Grosso en la intendencia, en 1992.

El traspaso nunca se reguló, y Villar -en ese entonces secretario de la mutual y luego presidente- quedó a cargo de un suculento fondo, que le sirvió para manejar la villa hasta el día de hoy. Luego, en 1999, en un turbio acuerdo se cedieron tierras de las que en primera instancia estaban pagando los vecinos, con denuncias posteriores de que esta "entrega" le sirvió a Villar para que el poder político lo ayude a perpetuarse en el poder.

Con la llegada de Aníbal Ibarra a la jefatura de gobierno, se transformó en una de los tantos dirigentes villeros con "buena sintonía" con el hoy destituido mandatario, al punto que hasta el presidente Néstor Kirchner se acercó al barrio de la mano de Ibarra. Un informe del Partido Obrero explicaba que Villar "fue uno de los principales `animadores´ de las marchas truchas contra la destitución" de Ibarra.

Villar tiene varias denuncias en su contra. En una de ellas, el MTL lo vinculó al crimen de un militante de ese partido, Ramón Rodríguez. Según relatan las crónicas, Rodríguez se había hecho en forma legítima de un terreno, el cual decidió vender a otro vecino. La maniobra inmobiliaria por fuera de la Mutual no habría sido bien tomada por Villar, según indica la denuncia.

Entre los manejos inmobiliarios que le atribuyen a Villar -siempre por intermedio de la mutual Flor de Ceibo- se encuentra la venta de lotes asignados, mientras que muchos vecinos que pagaron su cuota denuncian que nunca recibieron tierras y los que sí, terminaron pagando cifras absurdas. "Guillermo Villar, armó su propio negocio inmobiliario. Se destaca la compra-venta de casas o piezas destruidas en la propia Villa" aclara el informe.

"Tengo acá un recibo de tres mil quinientos pesos que le pagué a la Mutual por una vivienda usada y destruida. Me estafaron, por eso terminé aquí", cierra uno de los ocupantes que habló con el PO. Desde esa mutual, Villar también administra los bolsones de comida que recibe la 21-24.
Por detrás de este sistema aparece uno oculto: los inquilinatos. Según pudo constatar La Política Online en diálogo con gente de la villa, lo que se hace es "alquilar" camas a trabajadores que vienen a realizar sus labores a la ciudad desde el conurbano o el interior, los cuales se quedan toda la semana.

Además, siempre según lo relatado por vecinos, esta estructura política explotaría un lavadero y un locutorio dentro de la villa, mientras que vecinos de Barracas denunciaron que está comprando lotes en el barrio, puestos a su nombre.

La "Guardia boxística" de Chancalay

Marcelo Chancalay acaba de renovar, el pasado 29 de abril, su mandato al frente de la junta vecinal de la Villa 20, de Villa Lugano, en una elección que tuvo 25 listas distintas y apenas 4 mil votantes.
En esa elección, hasta se pagaron remises para que la gente vaya a votar. De hecho, uno de sus opositores históricos, Diosnel Pérez Ojeda, dijo entre bronca y humor que él puso "algunas bicicletas, pero los remises son más cómodos".
Para poder desarrollar estas elecciones tuvo que intervenir la justicia ordinaria, representada en el juez Andrés Gallardo, quien no sólo fue el responsable de realizar las elecciones sino de fiscalizarlas. Anteriormente, el mismo Chancalay se había reusado a convocar a elecciones manteniéndose en el cargo ilegalmente por largo tiempo, ya que hace más de diez años que es el mandamás de la Villa 20.

El hermano del dirigente barrial es el ex campeón argentino semipesado Fabián Chancalay, quien debió dejar el boxeo por problemas personales, y luego de caer dos veces detenido: una por propinar una golpiza en una bailanta, en 1999, y por robar un auto, en 2000. Pero igual logró un buen puesto donde despuntar el vicio: es el entrenador del gimnasio "Chancalay", que funciona en la villa lindante a la junta vecinal.

Según explican fuentes internas de la villa, este gimnasio sirve como "fábrica de soldados" de Marcelo, transformándose en su guardia personal, tanto dentro como fuera de la villa. Aparato indispensable, según las fuentes consultadas, para "sugerir" a algún vecino que firme algún papel, que vote a favor de tal o cual cuestión, o que asista a determinada movilización.
Algunos voceros que conocen la interna, fueron un poco más allá, trayendo a la luz un nombre que sale cada vez que se habla de villas y clientelismo: Aníbal Ibarra.

"Ibarra le permitió a Chancalay hacerse un gimnasio, que explota él mismo. El gobierno le dio los materiales. Encima, los boxeadores que salen de ahí, son los soldados de Chancalay en la villa", confió la fuente. De hecho, el segundo en la lista de Chancalay, Víctor Hugo Núñez, también es boxeador.
Pero esto no es todo. Según un pormenorizado informe de Noticias Urbanas, su hermana Alejandra es cinturón negro de Taekwondo, y lazo inevitable en la relación con las mujeres de la villa.

Chancalay fue uno de los pioneros en los ahora famosos "tours turísticos" para extranjeros en las villas. Les cobra 60 dólares por persona para conocer el interior de la 20. "A estas personas les dicen que el dinero va para los comedores comunitarios, pero me parece que no llega un peso" aseguró Pérez Ojeda.
También se lo denunció por permitir "terreno liberado" para persecuciones policiales. Estas "razzias" terminaron con la muerte de Camila Arjona la nena de 14 años que murió estando embarazada, baleada por la espalda. Esta operación acabó con la remoción de parte de la cúpula de la comisaría 52, la cual ya era famosa por este tipo de operaciones.

El tema clave en esta villa son los terrenos del llamado cementerios de autos de la Policía Federal. Ubicado frente a la rotonda de avenida Cruz y avenida Escalada, por ley de la Legislatura esos terrenos deben ser otorgados a la gente de la villa para construir vivienda. El problema reside en que son tierras federales, y el proyecto para el traspaso todavía duerme en el escritorio del secretario Legal y Técnico de la Nación, Carlos Zanini.

A raíz de esto, un grupo de vecinos disidentes del poder de Chancalay -y desconfiados de lo que pueda pasar cuando finalmente se otorguen esas tierras- ocuparon algunos de esos terrenos, provocando la reacción de este puntero y sus boxeadores, quienes desataron una batalla interna dentro de la villa.

Según denunciaron al portal Prensa De Frente muchos de los vecinos que participaron en la toma, "la policía de la Comisaría 52 dejó la zona liberada para que los matones de Chancalay, el puntero del barrio, amenazaran de muerte y golpearan a mujeres mayores, embarazadas y discapacitadas". Por esto, presentaron una denuncia en la Fiscalía 46. Ahora, aunque un patrullero vigila el lugar, los vecinos denuncian que el hostigamiento continúa.