Mendoza

Cornejo apuró a las autoridades de Argentina y Chile por el colapso del Paso Cristo Redentor

El mendocino está furioso por las críticas que recibe por algo que está fuera de la órbita provincial.

Hasta la bella ciudad de Viña del Mar, en Chile, viajó el gobernador Alfredo Cornejo para hacerse escuchar en una nueva reunión del Comité de Integración Paso Sistema Cristo Redentor, ente binacional que trata los temas referidos a uno de los pasos fronterizos más transitado del país.

Al radical lo desvelan las críticas que miles de mendocinos le hacen a su gestión por algo que realmente no depende de él. Por eso se tomó la molestia de ir a Viña y apurar las soluciones para un paso fronterizo que siempre fue importante, pero que ahora, por la abismal diferencia de precios entre Argentina y Chile, funciona a pleno todo lo días del año, exepto cuando una nevada lo bloquea.

“Necesitamos compromisos efectivos que luego se cumplan, los servicios provinciales que aporta Mendoza son mínimos en el Paso, casi nulos; todo depende de oficinas nacionales. Estamos muy comprometidos desde Mendoza con este paso, porque queremos que haya un mayor intercambio”, dijo Cornejo, ante la atenta mirada de funcionarios chilenos y argentinos.

Asimismo, intentó ganarse la complicidad de su par chileno, el intendente Gabriel Aldoney, haciéndolo parte de sus padecimientos: “Están en falta los servicios nacionales, que no dependen ni del intendente de Valparaíso, ni de mí. Necesitamos que las oficinas de SAG (Servicio Agrícola Ganadero de Chile), AFIP, Aduanas, Migraciones y demás, armonicen los procedimientos y tengamos un sistema más rápido que permita incrementar el comercio, la cultura, el turismo, el deporte, entre ambas regiones y países”.

Las esperas de hasta 12 horas que deben padecer miles de mendocinos en la alta montaña sobre todo los fines de semana, han creado en Mendoza un malestar creciente por la “inutilidad” de ambos gobiernos para agilizar la circulación.

Lo cierto es que muchos no quieren aceptar que cualquier paso del mundo, si recibe miles de vehículos en pocas horas, colapsará. Eso Cornejo lo sabe, pero no puede decirlo. En cambio, optó por presionar a los gobiernos federales de Argentina y Chile para que se amplíe la capacidad de atención del sistema integrado –el que está abierto las 24 horas seis meses al año–.

La intención del mendocino es que el Paso funcione como en temporada alta todo el año, con al menos 16 cabinas de atención en cada lado de la cordillera. En el caso argentino, la aduana de Horcones, donde se controla en ingreso al país –y los funcionarios chilenos el egreso– debe ser ampliada de forma urgente. En el lado chileno –donde se cumplen funciones de forma inversa– se están realizando obras para reemplazar el viejo complejo Los Libertadores. Pero todo lleva tiempo.

Por eso, mientras tanto, la idea es realizar un plan de contingencia para atendr la gran cantidad de viajeros que van a comprar del otro lado de los Andes y que en breve se sumarán a los que habitualmente van a Chile de vacaciones. En los próximos días se sabrá si la presión de Cornejo sirvió para aliviar una situación que siempre está a borde del desmadre.

Datos del Paso Internacional

El año pasado, pasaron por el Sistema Integrado Cristo Redentor –en ambas direcciones– nada menos que 2.357.742 personas, lo que respresentó el doble de lo registrado en el 2014. En lo que va del 2016, en relación al 2015, ya el aumento ha sido de 23%.

Respecto a los vehículos, en el 2015, se registró el paso de 419.862 vehículos particulares y 197.136 camiones, que transportaron 4.533.117 toneladas de carga.

El promedio diario anual de camiones que cruzaron fue de 764 millones en el 2014 y 814 en el 2015, lo que equivale al 6,2% de aumento.