Peronismo

Maximo Kirchner y otro guiño a Massa: "El adversario no está en el peronismo"

Los dijo en un acto en Florencio Varela. Son las mismas palabras que LPO reveló que Cristina destinó a su ex jefe de Gabinete.

Máximo Kirchner se encargó de blanquear en un acto público lo que su madre ya venía diciendo en privado a algunos dirigentes y que LPO reveló en exclusiva: La nueva línea de acumulación política para las elecciones del 2017 incluye un indulto a todos los que se apartaron del kirchnerismo, incluido el propio Sergio Massa.

"El adversario no está en las filas del peronismo, sino en aquellos que quieren avanzar sobras las conquistas de los trabajadores", dijo el hijo de la ex presidenta en el acto que encabezó el viernes por la noche en la localidad bonaerense de Florencio Varela.

Cristina había dicho semanas atrás en un encuentro con dirigentes sociales en el Instituto Patria que Massa "no es el enemigo, sino uno de nosotros que se fue" y aclaró que "nunca a va ser el candidato del establishment", que le tiene desconfianza. Y agregó que no había que confundirse: "El adversario es Macri".

Cristina, como reveló LPO, había anticipado: "Massa no es nuestro enemigo, es uno de nosotros que se fue".

La primicia de LPO rebotó en todos los medios y generó un revuelo de tal magnitu de el propio Massa se vio forzado a aclarar que no estaba en sus planes un acercamiento al kirchnerismo. En esa reunión, Cristina también pidió que no le presten atención a lo que dicen los "gurkas" que la acompañan como Luis Delía o el líder de Quebracho, Fernando Esteche. Revelación que molestó particularmente al ex piquetero.

En total sintonía con esa línea -que incluso puede percibirse en los medios kirchneristas donde no casualmente han iniciado un trato muy amable del líder del Frente Renovador-, Máximo se dedicó en su discurso en golpear casi exclusivamente a Macri.

Es que ya lanzada a ser candidata, Cristina necesitada de ampliar su espacio político, ahora envía señales de amplitud.

"No nos vamos a ordenar con ninguna embajada ni con ningún poder económico. A esta dirigencia la ordena el pueblo", afirmó, en obvia referencia a la sintonía de Macri con la administración demócrata de Estados Unidos.

"El adversario no está adentro del peronismo ni entre aquellos que abrevan en el movimiento nacional y popular, sino que está en aquellos que quiere avanzar sobre las conquistas de los trabajadores obligando a resignar las paritarias", agregó el líder de La Cámpora, intentando de paso seducir a los sectores sindicales.

Pero al mismo tiempo advirtió que el gobierno de Macri va a provocar "un sálvese quien pueda, por el temor a perder el trabajo y por esa situación se acepta cualquier cosa por parte de los patrones".

En ese sentido cuestionó a los que "son indulgentes con el gobierno y hasta han elogiado la feroz devaluación que cayó sobre las espaldas del pueblo argentino" y opinó que "seguramente piensan que de esta forma traicionaron a Cristina, y la verdad es que traicionaron a la gente que los votó".

El abrazo del oso que ensaya ahora el kirchnerismo sobre Massa y otros sectores que se alejaron de la conducción de Cristina, ya tuvo algunos efectos. El líder del Frente Renovador duda entre enfrentar a la ex presidenta o postular a Margarita Stolbizer y su esposa Malena Galmarini, guardándose para la presidencial del 2019.

Es que ya tuvo la mala experiencia de poner el cuerpo en la intermedia del 2013, donde según algunos de sus asesores le hizo el trabajo sucio a Macri de derrotar al kirchnerismo y desgastarse en esa pelea, para que luego el líder del PRO se quedara con el premio mayor. "Estoy cansado de trabajar para otros", suele advertir por estos días Massa.

Mientras que en el peronismo, la irrupción de Cristina que mide en la provincia unos respetables 30 puntos y en el Conurbano Sur incluso más, ya empezó a impactar en los sectores que intentaron crear un espacio autónomo, como el Grupo Esmeralda que lidera el lomense Martín Insaurralde, que vio a varios de sus miembros emigrar al flamante Grupo Fenix, liderado por la matancera Verónica Magario y mucho más cercano a la ex presidenta.

Se sumó a esos movimientos esta semana, otro nucleamiento de tinte cristinista, el Grupo El Establo que conduce el caudillo de Cañuelas, Gustavo Arrieta.