Provincia

El gobierno de Vidal desmintió un acuartelamiento de efectivos del Grupo Halcón

Desde la cartera de Ritondo aseguran que se trató de "un rumor a todas luces infundado"

El ministerio de Seguridad bonaerense desmintió hoy un supuesto acuartelamiento de efectivos del grupo Halcón, el cuerpo de elite de la policía provincia.

A partir del mediodía, algunos medios digitales afirmaban que un grupo de ese cuerpo se encontraba acuartelado en las instalaciones de la Escuela Policial Juan Vucetich, ubicada en el partido de Berazategui, y que pedía la renuncia de la cúpula de la fuerza.

Al mismo tiempo, por las redes sociales también se difundía esa información, afirmándose que el malestar de los uniformados no sólo estaba vinculado con la reciente muerte de un integrante de ese grupo -el oficial subinspector Leonardo Alfaro, de 37 años- durante un allanamiento, sino que supuestamente reclamaban la entrega de equipamientos, mejoras salariales y la renuncia de toda la cúpula de la fuerza.

Sin embargo, fuentes de la cartera que conduce Cristian Ritondo rechazaron terminantemente la versión del acuartelamiento y subrayaron que "la confusión se generó por la presencia de más gente que lo habitual" en la escuela Vucetich, ya que allí se llevó a cabo una maratón, "lo que fue aprovechado por alguien para lanzar este rumor a todas luces infundado".

En tanto, se indicó que Ritondo estará arribando al país en las próximas horas, proveniente de los Estados Unidos, donde gestionó la adquisición de equipamiento para la fuerza policial.

El jueves pasado, el subinspector Alfaro fue asesinado durante un operativo llevado a cabo en una vivienda de la localidad bonaerense de Gregorio de Laferrere, partido de La Matanza, durante el tiroteo. En esa oportunidad, los compañeros del oficial caído -también pertenecientes al grupo Halcón- dieron muerte al sujeto que había disparado contra los efectivos del grupo de elite que irrumpieron en la casa.

Al día siguiente, en una medida de carácter inédito, el jefe de la policía bonaerense, Pablo Bressi, dispuso a través de una circular que la totalidad de los patrulleros efectuaran un toque de sirena por el lapso de un minuto en memoria del oficial asesinado. Como consecuencia de esa orden, a las 14 de ese día los policías que estaban trabajando en ese momento bajaron de sus móviles y se colocaron al lado para hacer sonar sus sirenas, o bien continuaron circulando, pero participaron del homenaje.