Agustín Rossi piensa probar suerte en la Ciudad por la imagen negativa que tiene en Santa Fe
Inmune a su reciente procesamiento por sobreprecios de hasta 250 por ciento en la compra de alimentos par las bases antárticas, Agustín Rossi quiere volver a la Cámara de Diputados para retomar su carrera política.
El problema es que en su distrito, la provincia de Santa Fe, arrastra una imagen negativa que incluso supera a la de Cristina. Por eso, planea una mudanza a la Ciudad de Buenos Aires donde el kirchnerismo nunca pudo generar un candidato de peso y Rossi logró, en su época de presidente de la bancada de Diputados, enamorar a la militancia K capitalina, que nunca entendió cómo el FPV santafesino salía tercero cómodo.
El Chivo cobró protagonismo en debates que se convirtieron en bandera del FPV como el conflicto por la Resolución 125, la estatización de los fondos de AFJP o el Matrimonio Igualitario, donde Rossi cerraba las largas sesiones con impecable oratoria.
Sin embargo, en su propia provincia el peronismo histórico -que gobernó durante 25 años- siempre le fue refractario y nunca logró cosechar la confianza en su distrito. De hecho en el 2011, el mejor año del kirchnerismo cuando Cristina fue reelecta por el 54 por ciento, Rossi apenas rasguñó los 22 puntos como candidato a gobernador quedando detrás de Antonio Bonfatti y del novel Miguel del Sel.
"Nunca nos contuvo, siempre nos despreció", afirmó a LPO un dirigente del PJ santafesino que está trabajando en el rearmado partidario post kirchnerista.
A su vez, Rossi sigue representando un piso importante dentro del deshilachado peronismo provincial que lo podría posicionar en un lugar expectante en una lista a diputados, lo cual incomoda a quienes quieren presentar una nómina sin olor a kirchnerismo.
Ahora, según los números que manejan en el Frente para la Victoria, en su provincia Rossi tiene más imagen negativa que Cristina y la baja se acentúa aún más en Rosario. Por ello, el Chivo busca nuevos horizontes para revalidar su lugar en Diputados.
De hecho, Rossi participó de la organización de la contracumbre del mini Davos con el eslogan “¿Argentina to the World o Argentina para Todxs?” que contó con su hija, Delfina, como moderadora del panel.
Por otro lado, el ex ministro de Defensa fue imputado por el fiscal Ramiro González por presuntos sobreprecios de hasta casi 250 por ciento en la compra de alimentos para la última campaña antártica durante su gestión.