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YPF: Un hombre de Quintana traba la revisión de la gestión de Galuccio

Daniel González, CFO de YPF, en la mira por las operaciones financieras en el exterior del contrato con Chevron.

El nuevo CEO de la petrolera de bandera, Miguel Gutiérrez, enfrenta un panorama delicado: la deuda de YPF iguala al valor de mercado de la empresa y el pago de los intereses consumió las ganancias del primer trimestre. El año pasado lo cerró con pérdidas.

Por eso, para cursar la transición lo primero que resolvió Gutiérrez fue reducir los gastos empezando por un recorte del 30% en los proyectos de inversión y hacer una revisión de los egresos de la empresa durante la gestión de Miguel Galuccio.

La baja de la inversión le representa en el corto plazo un respiro y le da mayor liquidez, una señal de capacidad de repago para los acreedores. Sin embargo, YPF ya cuenta con precios muy superiores a los del resto del mundo y solo le queda aumentar la producción y ordenar los gastos para mejorar sus perspectivas.

En este sentido, es clave la revisión de los costos de la compañía, pero cualquier sobreprecio o irregularidad dejaría en evidencia al ex CFO (Vicepresidente de Finanzas) y hombre del riñón de Mario Quintana, Daniel González Casartelli. No hay forma de que él, máximo responsable de las erogaciones de la empresa, no estuviera el tanto de maniobras dudosas.

Mario Quintana, vice jefe de Gabinete y tal vez el hombre más influyente en el troquelado equipo de Economía de Macri, respalda a González e hizo lobby para que se conviertiera en el CEO de YPF tras la renuncia de Galuccio. De hecho, logró que se desempeñara interinamente en el cargo hasta la asunción de Gutiérrez y hoy sigue siendo el CFO.

González no es un caso puntual. El management de la gestión de Galuccio continúa al frente de la empresa y eso traba la revisión de la petrolera que empezó Gutiérrez. Con una excepción, a principios de septiembre Jesús Grande, el vicepresidente de upstream de YPF decidió dar un paso al costado.

Schlumberger es la antigua empleadora de Galuccio desde 2005 hasta 2011. Así, para avanzar en la investigación sobre la licitación de la empresa y en la eventual remoción de los involucrados en la exploración, Gutiérrez vuelve a chocar con González y los secretos guardados bajo siete llaves del contrato entre YPF y Chevron.

Mientras tanto, todas las miradas apuntan a Vaca Muerta. El yacimiento de shale oil y shale gas favorito de la gestión kirchnerista, insumió 7.000 millones de dólares en inversiones sin correlato en la producción. La técnica de perforación horizontal que requiere este tipo de yacimientos, conocida como fracking, es sustancialmente más cara que la tradicional. Y para realizarla, Galuccio contrató a la empresa líder en el procedimiento, la multinacional Schlumberger.

Schlumberger es nada más ni nada menos que la antigua empleadora de Galuccio desde 2005 hasta 2011. Así, para avanzar en la investigación sobre la licitación de la empresa sospechada de haber sido favorecida por su ex empleado y en la eventual remoción de los involucrados en la exploración, Gutiérrez vuelve a chocar con González Casartelli y los secretos guardados bajo siete llaves del contrato entre YPF y Chevron.

Es que González es el responsable de la ingeniería financiera de los pagos al exterior en un contexto de cierre de la cuenta capital que no permitía a las empresas extranjeras el giro de dividendos. Por eso, pese a que la Corte Suprema ya emitió su fallo obligando a YPF a dar a conocer el contrato en cuestión, la empresa sigue haciendo caso omiso al mismísimo Máximo Tribunal. 

Al parecer, para sortear las barreras de la política económica de Cristina Kirchner, recurrieron a "serias anomalías y hasta una inadmisible forma para canalizar el giro de fondos desde EE. UU.", reveló Clarín en referencia al uso de las cuentas personales de los directores de YPF en el extranjero. Este mecanismo es contrario a la normativa antilavado y vulnera la trasparencia fiscal, afecta las regulaciones sobre lavado de dinero.