Córdoba

De la Sota aprovecha el retroceso de Cambiemos en Córdoba y se lanza a diputado

La provincia fue clave para el triunfo de Macri, pero perdió fuerza Cambiemos. Bronca radical por los beneficios a Schiaretti.

En Córdoba ya no todo es alegría para Macri: Tras descollar en la elección presidencial, la valoración del Gobierno está lejos de esos niveles y José Manuel de la Sota, encuestas en mano, apuesta a una victoria contundente como candidato a diputado nacional el año próximo.

Sería un golpe duro para el presidente, porque aunque se mueve con total autonomía, un triunfo del ex gobernador sería celebrado por Sergio Massa, principal figura opositora para las presidenciales de 2019.

“Macri arrasó el año pasado porque la gente quería rechazar al kirchnerismo, pero eso ya pasó. Su valoración hoy no pasa el 30% y la muestra fue el fracaso en la elección Río Cuarto”, confió a LPO uno de los encuestadores más importantes de la provincia mediterránea, que pidió mantener el anonimato.

Macri arrasó el año pasado porque la gente quería rechazar al kirchnerismo, pero ese escenario ya no existe, hoy la valoración de Cambiemos ronda el 30 por ciento, afirmó a LPO un importante encuestador de Córdoba.

Aquella derrota en el sur cordobés por más de 14 puntos ante el peronista Juan Manuel Llamosas no fue un dato menor, porque el candidato de Cambiemos, el radical Eduardo Yuni, hizo campaña con mensajes de Macri. No le sumaron y si provocaron el enojo de De la Sota. "Me dijiste que te ibas a mantener al margen y le mandaste un video a Yuni", le recriminó el ex gobernador.

Pese a la tensión con De la Sota, el presidente logró tallar una buena relación con el actual gobernador, Juan Schiaretti. Pero nada es gratis. El peronista se cobra en generosos aportes de la Nación a la provincia su buena sintonía con la Rosada y acaso ensaye con su antecesor, el viejo truco del policía bueno y el policía malo.

Macri y Aguad en uan recorrida por Córdoba durante la pasada campaña elactoral.

El otro agravante es que el rumbo de Cambiemos en Córdoba no está claro. Los radicales, claves en la fiscalización del año pasado, están furiosos con Macri porque sus intendencias no reciben fondos y deben pedirle al peronista Schiaretti, que se digne a girarle la parte que les corresponde de los fondos que envía Nación.

Uno de los más indignados con esta situación es el intendente de la capital provincial, Ramón Mestre, cuyo hermano Diego, diputado nacional, tiene mandato hasta el año que viene y es uno de los radicales con intenciones de reelegir.

Hábil, Schiaretti siempre se negó a hablar de escenarios electorales y al parecer al presidente le gusta su perfil ejecutivo. 

Cambiemos está cruzado por el enojo de los radicales ante la buena sintonía de Macri con Schiaretti y las ambiciones no convalidadas de Aguad y Baldassi de encabezar la boleta el año que viene.

Otro interesado en volver al Congreso puede ser el ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, favorecido por su buena relación con Macri, pero enemistado con la conducción del radicalismo cordobés.

Sin embargo, Aguad -que viene de una derrota ante Schiaretti- no recibió un gesto de la cúpula del PRO, donde hacen malabares para buscar un candidato competitivo. Desafiante, el ex árbitro Héctor Baldassi dice que quiere repetir mandato, con Cambiemos o lista única.

Pero su figura no arrastra y es tanta la desesperación en los laboratorios del macrismo, que hallaron a un militante de apellido Macri en Córdoba, lo sumaron y lo sondean como candidato.

Sería un experimento similar al que hace 10 años el ahora presidente hiciera con su primo Jorge, luego intendente de Vicente López. Nadie imagina un regreso de Luis Juez, embajador en Ecuador y apartado de la política doméstica.

Cómodo, De la Sota espera el momento de anunciar su candidatura y salir a caminar. Confía en que el aura de Macri en Córdoba no duró más que una primavera.

Ya planea un primer ataque de campaña: retomar la pelea por los fondos para la caja de previsión social, un eterno reclamo de Córdoba que el Gobierno atendió en la última ley de blanqueo. Pero aún demora el giro de los fondos.