La Policía Federal de Brasil allanó este viernes la casa del ex presidente Lula da Silva en San Pablo, lo llevó por la fuerza a declarar por el escándalo de corrupción en Petrobras y aunque en un principio se especuló con que podría quedar detenido, finalmente fue liberado cuando concluyó.  

El megaoperativo policial incluyó allanamientos en la casa del hijo del ex presidente, Fábio Luíz Lula da Silva "Lulinha", en la sede del Instituto Lula y en oficinas de la constructora Odebrecht. Además de Lula y su hijo, también fue llevado a declarar por la fuerza Paulo Okamotto, presidente del Instituto.

Lula fue llevado a prestar declaración a la sede de la Policía Federal en el aeropuerto de Congonhas, donde hubo enfrentamientos entre la Policía Militar y seguidores del Partido de los Trabajadores, que luego volvieron a cruzarse con manifestantes que celebraban la detención del ex presidente y tuvieron que ser dispersados con gases.

Luego de un espeso silencio que se extendió toda la jornada, Dilma condenó en un comunicado que "el ex presidente haya sido sometido a una innecesaria conducción coercitiva para prestar declaración".

Luego de declarar, Lula dio una electrizante conferencia de prensa en la que afirmó que la operación realizada por la Policía sólo busca ofrecer un "espectáculo" a los medios de comunicación, ya que, si un juez quería escucharlo, sólo necesitaba enviarle una notificación, y agregó que si encuentran “un sólo real desviado, renunciare al Partido de los Trabajadores (PT)", que sigue liderando y que lo tiene como un candidato probable para la próxima elección presidencial.

“Si encuentran un sólo real desviado me alejo del Partido de los Trabajadores”, afirmó visiblemente goleado Lula, luego de lo que calificó como una verdadera detención.

Télam

"Me sentí un prisionero esta mañana. Creo que merecía un poco mas de respeto en este país", dijo el ex presidente y agregó: "Si el juez Moro o la Fiscalía querían escucharme, tan sólo necesitaban mandarme un oficio porque yo nunca me negué a prestar declaraciones", afirmó Lula ante militantes del PT que lo vivaron al grito de "Lula, guerrero del pueblo brasilero".

Además de conducirlo a una comisaría para prestar declaración, la Policía allanó varias propiedades del ex presidente, incluyendo el Instituto Lula, de sus familiares y de algunos allegados, en el marco de la investigación por el escándalo de corrupción en Petrobras.

"Lamentablemente, creo que estamos viviendo un proceso en que la pirotecnia vale más que cualquier cosa. Vale más el show mediático que la investigación seria, responsable, que debe ser hecha por la Justicia, por la Policía, por el Ministerio Público", dijo Lula, que habló por más de tres horas.

La misma línea trabajó la presidenta Dilma Rouseff que mantuvo un espeso silencio toda la jornada, hasta que por la tarde emitió un comunicado manifestando su "integral disconformidad con el hecho de que el ex presidente de la República haya sido sometido a una innecesaria conducción coercitiva para prestar declaración".

La respuesta de la Fiscalía

En una rueda de prensa en la que dio detalles de la operación, el fiscal Carlos Fernando dos Santos Lima, responsable de la investigación del caso de Petrobras, afirmó que la Fiscalía optó por obligar a Lula a comparecer a una comisaría en lugar de citarlo en una fecha determinada para evitar manifestaciones.

El mismo fiscal dijo que el conjunto de indicios de que el ex mandatario pudo haberse beneficiado de los desvíos de Petrobras es "bastante significativo".

Según Dos Santos Lima, el Instituto Lula y una empresa usada por el ex jefe de Estado para cobrar por conferencias recibieron cerca de 30 millones de reales (unos 7,5 millones de dólares) en donaciones de las cinco empresas más implicadas en los desvíos en Petrobras.

"Es claro qué donaciones pueden ser hechas por diversos motivos, pero tenemos que investigar si eso tiene alguna relación con los desvíos de Petrobras", afirmó.

El operativo de hoy, ordenado por el juez federal Sergio Moro, es la fase 24 de la conocida "Operación Lava Jato", e incluyo el despliegue de unos 200 agentes federales y 30 auditores fiscales para cumplir con 33 órdenes de allanamiento y 11 de detención en distintas ciudades.  De acuerdo al portal Brasil 247, las órdenes incluyen la localización de inmuebles adjudicados a Lula en las localidades de Atibaia y Guarujá, que el ex presidente ha negado reiteradamente que sean de su propiedad.

Moro es el juez que investiga el esquema de sobornos montado por directivos de Petrobras, que cobraron miles de millones de dólares de parte de grandes empresas constructoras a cambio de contratos. Esas coimas luego fueron a financiar la política y salpican a dirigentes tanto del oficialismo como de la oposición.

La policía militar acordona la casa de Lula.

EFE/TélamLeo Barrilari

Según Reuters, la Policía brasileña emitió un comunicado donde sostiene que Lula "fue el responsable final de la decisión sobre quiénes serían los directores de Petrobras y fue uno de los principales beneficiarios de estos delitos", en referencia a los sobornos. "Hay evidencia de que los delitos lo enriquecieron y financió campañas electorales y al tesoro de su grupo político", continúa la nota.

La situación de Lula se complicó luego de un acuerdo judicial, bajo la figura de "arrepentido" al que llegó el senador Delcídio Amaral, ex jefe de la bancada del Partido de los Trabajadores (PT), detenido a fines de noviembre por el escándalo de corrupción.

Amaral habría involucrado directamente a Lula en la trama de corrupción y también a la presidenta Dilma Rousseff, que sería uno de los objetivos próximos de la investigación judicial. El senador habría acusado a la mandataria de usar su poder para intentar frenar la causa Lava Jato. Además, habría dicho que Lula intentó sobornar a testigos para que no declaren.

El supuesto apartamento de Lula

En las últimas horas se conocieron un video y unas fotos que probarían que Lula posee un departamento tríplex en Guaruja -algo que siempre negó-, que es vecino de uno similar del empresario Leo Pinheiro, operador de la constructora OAS e investigado por pagar coimas.

Según las imágenes difundidas por O Globo, Lula y Pinheiro aparecen juntos en el tríplex de Guaruja. De acuerdo al testimonio de un arrepentido ex empleados de OAS, ese día el ex presidente recibió las llaves del departamento, pagado por la compañía.

Lula admitió que visitó ese departamento en Guaruja, pero dijo que lo hizo por invitación de Pinheiro. El ex presidente enfrenta una acusación similar por una casa de campo en Atibaia, que habría sido reformada con fondos de otra constructora.

Lula en el supuesto departamento que habría pagado una empresa

"El ex presidente Lula jamás participó, directa o indirectamente, de ninguna ilegalidad, sea en los hechos investigados por la Operación Lava Jato o en cualquier otro, antes, durante o después de su gobierno", señaló ayer el Instituto Lula en un comunicado.