Las dudas sobre la desaceleración de China y la profunda recesión de Brasil que arrastra a la región marcan a la baja las proyecciones del crecimiento global para los próximos dos años, según el último informe elaborado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Ya antes de empezar el año, Christine Lagarde, su directora, había señalado que el crecimiento en el comercio global se ha desacelerado considerablemente y la baja en los precios de las materias primas presenta problemas notorios para las economías basadas en ellas. Y que por ello "el crecimiento global será decepcionante y dispar en 2016”. Las razones, en su opinión: “La baja productividad, el envejecimiento de la población y los efectos de la crisis financiera global están frenando a la expansión”.
Ahora, el último informe del FMI argumenta que "el repunte de la actividad mundial será más gradual que lo previsto en la edición de octubre de 2015 de Perspectivas de la economía mundial, especialmente en el caso de las economías de mercados emergentes y en desarrollo". Así, en base a las previsiones del organismo multilateral, en 2016 la economía global crecerá 3,4 por ciento; y 3,6 por ciento en 2017. En ambos casos, se trata de dos décimas menos de lo previsto en los anteriores cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI), dados a conocer en su asamblea anual de octubre de 2015 en Lima, y que fueron reflejadas por las agencias EFE, Ansa y DPA.
"Las revisiones pueden atribuirse principalmente a Brasil, cuya recesión está demostrando ser más profunda y prolongada de lo esperado; a Oriente Medio, cuyas perspectivas están opacadas por la caída de los precios del petróleo", como también "a la desaceleración de China", apuntó el organismo en su informe "Perspectivas Económicas Globales".
En el caso de la economía de la región el FMI estima que la actividad caerá un 0,3 por ciento en 2016, mientras que en 2017 se recuperará hasta el 1,6 por ciento, según las previsiones revisadas del organismo, las que en comparación con los pronósticos de octubre, suponen una revisión a la baja del 1,1 y el 0,7 puntos porcentuales, respectivamente. "El producto interior bruto agregado de América Latina y el Caribe se contraerá también en 2016, aunque a una tasa más baja que en 2015, a pesar del crecimiento positivo en la mayoría de los países de la región", señaló el documento conocido hoy, en el que se precisa que esto se debe principalmente a la recesión de Brasil y otros países en dificultades económicas.
El resto del mundo
Si bien, se espera para los próximos días un informe particular para la región, el informe señala que para la economía brasileña se pronostica un retroceso del 3,5 por ciento en 2016 y una recuperación hasta el 0 por ciento para 2017, lo que supone una revisión a la baja de 2,5 y 2,3 puntos porcentuales. México, por su parte, crecerá un 2,6 por ciento este año y un 2,9 por ciento en 2017, aunque estas previsiones también fueron revisadas a la baja en 0,2 puntos porcentuales.
El reporte no mencionó datos para la Argentina y habrá que esperar si el siguiente informe incluye estimaciones ya que el FMI no toma los datos oficiales. Aun así, en ocasión del reporte anterior para la cumbre de Lima, se incluían las perspectivas para la Argentina: una recesión del 0,7% para 2016 y también, una inflación del 25% para el año próximo. La corrección a la baja de la región podrá impactar también en expectativas aun menos favorables, pese a que el FMI ya se ha mostrado dispuesto a colaborar con el nuevo gobierno y es factible que en base a los recientes anuncios de Alfonso Prat-Gay mejore el pronóstico. El resto del mundo.
El resto del mundo. China mantiene sin cambios sus pronósticos, con un crecimiento económico estimado del 6,3 por ciento este año y del 6 por ciento para 2017, dentro de un proceso de desaceleración continuado tras cerrar 2015 en el 6,9 por ciento, de acuerdo con los datos del FMI. No obstante, el economista jefe del Fondo, Maurice Obstfeld, advirtió sobre los "significativos" efectos de contagio de la economía de China observados a lo largo de 2015, por lo que apuntó al riesgo global de "una desaceleración más marcada de lo esperado mientras lleva a cabo la transición necesaria hacia un crecimiento más equilibrado". Algo que, a juicio de Obstfeld, se canalizaría internacionalmente "por la vía del comercio, los precios de las materias primas y la confianza, y los efectos consecuentes en los mercados financieros internacionales y las valoraciones de las monedas".
A pesar de la revisión a la baja, las perspectivas del Fondo es que las economías avanzadas continuarán recuperándose de forma moderada y desigual, en tanto que el panorama de las economías de mercados emergentes y en desarrollo es variado.
Además del caso Brasil y su profunda caída, en Medio Oriente las perspectivas están opacadas por la caída de los precios del petróleo, mientras que para Estados Unidos el FMI prevé un crecimiento al ritmo actual, y no se prevé que cobre mayor impulso en este año eleccionario.
En tanto, la proyección general para India y el resto de las economías emergentes de Asia es una prolongación del crecimiento vigoroso. La proyección de crecimiento de la Eurozona en su conjunto apenas se corrige (solo 0,1 puntos porcentuales más el primer año) con respecto a lo estimado en octubre: crecerá un 1,7% en 2016 y otro tanto en 2017, aunque el Fondo ha llamado la atención sobre la presión que ejerce la "oleada de refugiados" en las economías europeas. En el caso de España, se espera que el PIB español crezca un 2,7 por ciento en 2016 y un 2,3 por ciento, es decir 0,2 y 0,1 puntos porcentuales más, respectivamente.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.
