En el Frente Renovador las cosas no están del todo claras. Mientras Sergio Massa instruye a los legisladores bonaerenses a acompañar a María Eugenia Vidal, algunos diputados nacionales no quieren quedar pegados a las decisiones de Mauricio Macri y otros, más cautos, prefieren colaborar con el silencio.
El tema fue motivo de un arduo debate en la mesa chica de la bancada presidida por Graciela Camaño, durante una breve reunión que mantuvieron hace diez días en la Cámara y sin la presencia de Massa.
Felipe Solá fue el más duro. Cuestionó la devaluación y la eliminación de retenciones al agro. “Lo que está haciendo Macri es una transferencia de ingresos de los sectores medios a los altos”, enfatizó.
Lo cruzó Gilberto Alegre, para quien hablar de gradualismo en este contexto es absurdo. Escuchaban atentos Camaño, Facundo Moyano, María Ehcosor, Alejandro Snopek y Marcelo Dalesandro.
La jefa de bloque intentó mediar, con la premisa de que no conviene hacer una oposición ferviente hasta que Macri complete los primeros pasos de su Gobierno.
Hubo coincidencia en rechazar la modalidad de gobernar por decreto, que le permitió al presidente evitar un diálogo más frecuente con Massa para pedirle quórum en Diputados.
El tigrense sí se portó bien en la provincia de Buenos Aires, donde sus legisladores le garantizaron a Vidal el presupuesto, el endeudamiento y emergencia del Servicio Penitenciario.
Pero en el Congreso la pelota no empezó a rodar. “El bloque no podrá tomar una posición porque siempre habrá opositores como Felipe y moderados como Camaño. Pero tampoco es bueno que todas sean expresiones individuales”, relató a LPO un miembro de la bancada del Frente UNA, que en los papeles integra un interbloque con los cordobeses cercanos a José Manuel de la Sota, coordinado por Massa.
Camaño mostró que tampoco está dispuesta a pintarse de amarillo: no se sumó a la maniobra de Emilio Monzó para sumar a Pablo Tonelli al Consejo de la Magistratura, frenado este mediodía por la justicia.
Su rechazo complicó a Monzó porque le impidió contar con más de la mitad de los miembros de la Cámara, representados por los jefes de sus bancadas.
La jugada no convenció a Camaño y así se lo hizo saber a Massa. El resto de los diputados ni se enteraron de lo que estaba pasando.
No fue la única diferencia de la jefa del bloque UNA con el presidente de la Cámara. También le recrimina no tener acceso a las resoluciones oficiales, como por ejemplo la que propuso a Tonelli en la Magistratura. Será otro tema resolver, en una relación que recién comienza.
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Sola es hombre de campo, que rompio con el kirchnerismo justamente cuando quisieron aumentar las retenciones y no tocar el tipo de cambio bajo. Deja de operar, LPO!