Los 78 intendentes bonaerenses que el 10 de diciembre debutarán al frente de municipios serán recibidos el viernes a las 9.30 por el presidente del Tribunal de Cuentas, Eduardo Grinberg, quien se comprometió a auditar los distritos e instruir sobre cómo llevar adelante una gestión municipal.
De origen radical, Grinberg ocupa es lugar hace décadas como parte de un viejo acuerdo para que la oposición cubra los organismos de control. Si ese lógica se mantiene su continuidad estará en discusión, pero por ahora no es un tema en la agenda de María Eugenia Vidal.
Mientras tanto, Grinberg buscará capacitar sobre todo a los intendentes menos experimentados de Cambiemos, nerviosos por el estado financiero que heredarán de los líderes del Frente para la Victoria.
En su desesperación, en estos días algunos sugirieron que la Auditoría General de la Nación (AGN) podría contribuir con un estudio de las finanzas municipales. Grinberg les aclarará que la Constitución de la provincia le otorga esa facultad al Tribunal de Cuentas.
Los funcionarios de ese organismo guardan muchas historias sobre las desprolijidades de los intendentes recién asumidos.
En 2008, el platense Pablo Bruera justificó la transferencia indiscriminada de recursos entre un área y otra sin mayores explicaciones que sus necesidades.
“Pablo, vas a tener que entender que así no es la gestión municipal”, le sugirieron. Pero el intendente ahora derrotado no entendió el mensaje y se fue dando un portazo. Con la reunión del viernes, Grinberg quiere evitar otros momentos incómodos.
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