Los gobernadores del norte del país temen quedarse sin los beneficios de la obra pública en un gobierno de Mauricio Macri, quien puede usar esta variable para negociar apoyo en el Senado.
Si en algo se parecieron Néstor y Cristina fue en la distribución de los recursos. Ambos giraron a las provincias menos del 34% de lo recaudado como obliga la ley, al concentrar el 70% del impuesto al cheque (que nació como un paliativo en 2002 y se convirtió en el cuarto del país) y nutrirse de las retenciones.
De estas últimas sólo envía a los fiscos provinciales el 30% de las aplicadas a la soja, pero define la distribución con el índice utilizado en distribuir el total de la coparticipación, que perjudica a las provincias centrales, justamente, las mayores productoras de soja.
Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe tampoco la pasaron bien, aún cuando veían salir la soja récord de sus tierras. Recibieron poca obra pública y ni siquiera pudieron saldar las deudas que le reclaman a la Nación.
Pero nada de esto le importó al kirchnerismo al momento de distribuir los excedentes en obras públicas, porque las más favorecidas fueron las del Norte y la Patagonia.
Macri piensa en otra cosa. Ante su equipo de campaña confesó que uno de los pilares de su presidencia será un plan de infraestructura "histórico" para el área metropolitana, marginada durante el kirchnerismo y sobre todo en los ocho años de Cristina.
Por su recelo con Scioli y los intendentes la Presidenta limitó la ayuda al Conurbano en asistencia directa a través de fondos previsionales, que según chequeado.com, si se suman a la masa coparticipable le permiten a Cristina decir que cumple en girar el 34% a los fiscos provinciales. Pero queda lejos del 50% y limita la obra pública a fondos nacionales.
Este cambio de época dejó atrás muchos proyectos para el Conurbano iniciados en la gestión de Kirchner, cuando Julio de Vido compartía asados semanalmente con los alcaldes.
Pero ni aún en la mejor de esas comidas se pensó en obras estructurales como la extensión de subterráneos, metrobuses y autopistas desde la Capital Federal, como planea Macri. Tal vez el nuevo mapa político guarde relación con estas impericias del kirchnerismo, que desatendió las necesidades donde se concentra el 40 por ciento de la población del país.
Los números de la obra pública
Sin embargo, pese a su amor por la ayuda económica directa a la gente, con el Norte y su Patagonia, Cristina jamás perdió la contemplación a la hora de financiar obras públicas. Según un trabajo del diario La Nación, durante su segundo mandato ambas regiones fueron claramente favorecidas en la distribución de la obra pública nacional.
La Rioja percibió del fisco nacional 2832 pesos por habitante para planes de infraestructura, sólo superada por Tierra del Fuego (2485) y Santa Cruz (2850) y no tan lejos de Catamarca (1921), Chaco (1718), Misiones (1068), Tucumán (869), Jujuy (855) Formosa (817).
Además de la tierra de los Kirchner, fueron favorecidas las patagónicas La Pampa (1626 pesos por habitante), Río Negro (1571), Chubut (1004) y Neuquén (883). Muy atrás quedaron Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
Pero a diferencias de las patagónicas, o de San Juan y Mendoza, las norteñas no reciben regalías hidrocarburíferas y si un presidente los deja de lado no pueden levantar una baldosa por su cuenta.
“Casi toda nuestra región usa su recaudación y la coparticipación para pagar sueldos. Si Macri se nos planta podemos pasarla mal”, avizora un legislador oficialista de la zona, esperanzado en una victoria pírrica de Scioli y que anticipa "eso de que en el senado le vamos a trabar todo a Macri es una pavada, vamos a tener que negociar porque si no podemos permitir quedarnos sin obras".
Es que la obra pública es la llave de los gobernadores e intedentes peronistas para sumar votos y garantizarse reelecciones. Así de importante es y eso también explica la increíble tolerancia que tuvieron estos años ante todos los caprichos e imposiciones de Néstor y Cristina Kirchner.
De hecho, los gobernadores del Norte como Maurice Closs ya no ocultan su desesperación por no dejar caer a Scioli, actitud diferente a la de otros referentes del kirchnerismo como La Cámpora.
Hay casos emblemáticos como el de Jorge Capitanich, uno de los gobernadores peronistas más votados tras dos gestiones en Chaco plagadas de obras.
El salteño Juan Manuel Urtubey no fue tan beneficiado como muchos de sus vecinos pero su presupuesto necesita de la coparticipación. Estratega, se diferenció de la campaña sucia de Scioli, Macri se lo agradeció y ya se lo mencionan como uno de sus nexos con los gobernadores.
Por eso, el plan del jefe de Gobierno es negociar la ejecución de obras a cambio de votos en el Senado, que estará dominado por el Frente para la Victoria con mayoría de representantes de provincias norteñas.
En la Cámara alta ya se habla de un bloque del PJ ortodoxo y alineado con los gobernadores, que ignorará los deseos de Cristina. Este grupo tendrá como objetivo central negociar ley por ley con emisarios del macrismo, a cambio de dinero. Pero difícilmente reciban tanto con en otras épocas.
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seta bien conseguir votos para la obra
todo el tiempo criticaron a cristina
cuando pensaba
cuanta hipocresía
cuanta mentira
lamentablemente macri no habla de nada de esoocho
y después critica al gobierno nacional
cuando en el 2001 estábamos en el piso
en la ciudad esta bien que sigan por 4 años eso la prensa obsecuente no dice nada
no termino las obras en la ciudad en por las inundaciones
no inaguro los subtes qiue prometio
todo el tiempo dice mentiras jamas mencionas las obras hecha
satélites
políticas para la investigación etc