En 2011, la lista del FpV para diputados por la provincia de Buenos Aires obtuvo 57% y se quedó con 22 bancas, que luego fueron más por algunos pases al Ejecutivo.

Aunque no hay pronóstico de repetir esos números en octubre, la polarización podría bajar la cantidad de fuerza que accedan a algunas bancas y las expectativas del Gobierno son retener una buena parte de esos diputados.

Pero a dos días del cierre de listas, nadie sabe realmente quienes integrarán esa nómina, que ocupará el 30% de los cuartos oscuros del país.

La principal incógnita es quien la liderará y pondrá su nombre y su foto arriba del todo. En el kirchnerismo insisten haces meses que en una boleta de siete cuerpos los votos los atraerán el candidato a presidente y los intendentes y actuó en consecuencia: Daniel Scioli y los alcaldes no tendrán rivales en agosto.

De hecho, en 2011 la lista la lideró Julián Domínguez, que no figuraba como taquillero en ninguna encuesta. Pero por estas horas nadie sabe si Cristina actuará de la misma forma y mucho menos si ella se atreverá a liderar la nómina, como sugirió más de una vez.

Quienes la conocieron en sus épocas de legisladora, no la imaginan siendo elegida en el Parlasur, casi una jubilación de privilegio. “Si controla Diputados y tiene a Zannini en el Senado, termina de rodear a Scioli”, interpretaba por estos días un senador que solía frecuentarla.

La única certeza es que entre los primeros 15 lugares de la provincia estarán los camporistas que quieren reelegir (Mayra Mendoza, Horacio Pietragala y Edudardo "Wado" De Pedro, ahora en el Ejecutivo) y muchos otros, tal vez algunos que nadie conozca.

También habría lugares para ministros y ex funcionarios, como el platense Julio Alak y Julio De Vido (reside en Lima, Zárate). No sería otra cosa que una protección con fueros.  

Scioli habría negociado tres lugares, entre los que estaría su mano derecha Alberto Pérez. Se recuerda por estas horas aquel acuerdo que hizo con Kirchner en 2007 para colocar algunos legisladores provinciales que no definan las votaciones pero al menos lo mantengan informado.

Máximo Kirchner es otro nombre que suena, sobre todo desde que la semana pasada difundió encuestas que lo daban con una supuesta buena intención de voto en el conurbano.

Competir en Santa Cruz sería un riesgo, porque sólo elige dos diputados y una derrota puede llevarlo al papelón. Esconderse en Buenos Aires sería el mejor camino.

La idea de un bloque cristinista no es nueva. Hace unos meses en Diputados se escuchó que la presidenta podría liderar, desde adentro o desde afuera, a unos 70 diputados.

De hecho, Cristina punteó con celo las listas de todo el país y ubicó camporistas en todas. Se supone que responderán a ella. Pero nadie sabe desde donde les hablará.