Julio de Vido inició este jueves un feroz operativo de presión directa a los intendentes de la provincia de Buenos Aires para que no apoyen como candidato a gobernador a Martín Insaurralde, promovido por Daniel Scioli.

Durante un acto esta mañana en San Antonio de Areco, De Vido disparó duro contra el lomense. "No necesitamos tránsfugas ni travestis. Estamos muy atentos a quienes nos apoyaron siempre", afirmó junto al intendente camporista Francisco Durañona y Vedia.

Para los intendentes no fue sorpresa el tono de su ataque: Desde ayer el ministro los llama para exigirles que le resten apoyo a Insaurralde y los amenaza con retacearles fondos del programa de obras públicas Mas Cerca.

De Vido se hace valer entre los alcaldes porque fue durante los últimos doce años el nexo con la Casa Rosada para definir y ejecutar las obras públicas.

El ministro de Planificación sostiene al interior del kirchnerismo la idea de hacer una primaria cuidadosamente delimitada: Habilitar sólo a Scioli, Randazzo y Urribarri para la pelea por la candidatura presidencial y a Bossio, Domínguez, Mussi y Sabatella en la provincia, con la posibilidad de integrar fórmulas entre estos últimos competidores. 

Es más, cerca del ministro confirmaron a LPO que su fórmula ideal para la provincia sería Domínguez-Mussi.

En el Conurbano aún recuerdan los asados durante el primer gobierno de Kirchner, donde se definieron los principales proyectos de infraestructura de la región.

Cristina enfrió el vínculo, pero la relación nunca se apagó del todo y ahora el ministro la quiere hacer valer para que los alcaldes apoyen la fórmula Domínguez-Mussi.

El problema es que no todos los alcaldes se entusiasman con desechar a Insaurralde y menos con la vehemencia de De Vido.

“En Lomas de Zamora votan 500 mil personas, es el segundo distrito de la tercera sección. No podemos tirarlo a la basura”, señaló a LPO uno de ellos y agrega que a nivel provincial el marido de Jesica Sirio sigue siendo el candidato kirchnerista que más mide.

De todos modos, De Vido no fue el único funcionario kirchnerista que atacó a Insaurralde. Bien temprano, Aníbal Fernández no anduvo con vueltas: “Se cagó en todo el mundo, en las primarias tienen que estar los que no sacan los pies del plato”, afirmó.