A su vuelta de México, donde armó una agenda con funcionarios del gobierno de Enrique Peña Nieto para estudiar los "Pactos" que celebró allí el Gobierno con la oposición, Ernesto Sanz definirá el nombre de los dos radicales que representarán las minorías parlamentarias en el Consejo de la Magistratura, con poder para avalar o frenar los jueces que quiera nombrar al kirchnerismo.

Los principales candidatos son el diputado radical Mario Negri y el senador chaqueño Ángel Rozas, pero el mendocino podría dar la sorpresa e imponerse él mismo.

El único requisito es ser abogado, por lo que si no es Rozas o el propio Sanz, otro posible candidato a integrar ese organismo que se ha vuelto vital en el tramo final del kichnerismo cuando intenta concretar un blindaje judicial, es Luis Naidenoff, formoseño y también cercano a la conducción del radicalismo.

Los nuevos consejeros reemplazarán a los actuales representantes de la UCR en el Consejo de la Magistratura: el senador chubutense Manuel Cimadevilla y el diputado cordobés Oscar Aguad, ambos lejanos a la “orga” del partido.

Los elegidos serán las armas vitales de la UCR para eventualmente avanzar o frenar el posible acuerdo con el Gobierno adelantado por LPO, que le permitiría cubrir la vacante de la Corte Suprema a cambio de avalar los cuatro camaristas de Casación penal que quiere imponer la Casa Rosada.

La Cámara de Casación Penal puede frenar las causas de corrupción y es ese el principal interés del Gobierno. Se trata del máximo tribunal por encima de jueces y camaras federales de todo el país.

Los votos en el nuevo Consejo

El Consejo de la Magistratura cambiará su composición en diciembre y el kirchnerismo seguirá sin tener los nueve votos que hacen falta para llegar a los dos tercios y nombrar jueces.

Contará con los cuatro legisladores reservados para la mayoría, el del Poder Ejecutivo y el académico Jorge Daniel Candis, elegido por el Consejo Interuniversiatario Nacional para reemplazar a Manuel Urriza.

De los tres magistrados el kirchnerismo cree poder sumar a Lónidas Moldes y hay sospechas sobre Gabriela Vázquez, quien niega cualquier llegada a la Casa Rosada. El otro es Luis Cabral, de la lista Bordó, que lideró el año pasado lideró el rechazo a la reforma judicial. Por los abogados porteños estará Adriana Donato, cercana al PRO.

Pero los radicales se quedaron con el picaporte de los dos tercios con el triunfo como representante de los abogados del interior de Miguel Piedecasas, también cercano a Sergio Massa.

Tanto le dolió al Gobierno perder esa elección que el siempre enigmático Carlos Zannini le recriminó a Sanz haberse apoyado a Piedecasas.

“Salgan de la bolsa de trabajo en que se han convertido y vuelvan a ser el partido nacional y popular que nunca debieron dejar de ser", le gritó, durante el debate por la nueva ley de hidrocarburos. Está claro que si ganaba su candidato, el Gobierno podía soñar con los dos tercios sin pedir ayuda.

No fue así y ahora la apuesta es acordar con la UCR. Y la Corte Suprema es la moneda de cambio.